El otrora dirigente sindical petrolero fue una “pieza clave” en el andamiaje deltano de la Revolución.
Habituado a las luchas intestinas, aún enfermo, mantuvo con mano férrea el timón del Consejo Legislativo Bolivariano del estado Delta Amacuro, sofocando una última rebelión en su contra.
Comedido y astuto, supo ser discreto y reservado en cuanto a las jugadas políticas y ello le brindó la oportunidad de mantenerse siempre a un primer nivel.
Estadístico electoral, no faltó a ningún proceso y en todos supo dar la lectura adecuada, contribuyendo con sus análisis y proyecciones al triunfo de Chávez y Maduro en el estado, y a los mandatos consecutivos de Lizeta.
Acostumbrada a las referencias familiares en las memorias y cuentas precedentes, en la presentación del informe de gestión política administrativa 2024, la rectora del Poder Ejecutivo alteró la costumbre recordando anécdotas de Carlos Brito, para ese momento convaleciente, quien la llamara “jojotera”.
El Legislador Brito y el también Legislador, Prof. Ramon Antonio Yánez, fueron durante largo tiempo parte de su equipo de asesores, del círculo más cerrado, aquel que aporta en mayor medida a la toma de decisiones.
Uno por rebeldía -ahora en la acera de enfrente- y otro tras su desaparición física, se apartaron. Por fortuna para la mandataria, amarró parte de los poderes con tiempo, sino, a falta de esos dos, con la brújula perdiendo orientación, la dislocación del timón es un riesgo.
Descansa en Paz.
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