Familiares habrían reconocido ropa del “pájaro azul”

Una primera diligencia de reconocimiento visual habría determinado que la ropa encontrada con la osamenta hallada en un pozo petrolero abandonado en el campo del sector Guasina en Tucupita, corresponde a Víctor Carvajal, mejor conocido como “El pájaro azul”.

Desaparecido hace 8 años, sin dejar rastro alguno, se convirtió en el misterio más conocido del estado. No hubo quien no lo supiera o mencionara su caso cada cierto tiempo debido al seguimiento que le dieron los medios, a su numerosa familia o a lo popular que era.

A pesar de la posibilidad de que sea su vestimenta, el peritaje médico forense amerita de varias pruebas para arribar a una conclusión valedera: equiparar la extensión y grosor de los huesos con su estatura y complexión, evaluar los rasgos dentarios y buscar similitudes, cotejar el perfil genético, ubicar señas denotativas de alguna lesión previa sobre la que se tenga conocimiento en alguna parte de la osamenta, en fin, varios descartes y comprobaciones.

Cabe destacar que la forma y lugar en fue hallado el cuerpo y la desaparición hasta el día de hoy del vehículo, si es que fuera Carvajal, hacen pensar lo peor, forzando necesariamente la tesis del homicidio.

Hubo otras desapariciones la última década, a las que también podrían pertenecer los restos óseos y que van a ir siendo descartadas: 1) “El morocho” de San Juan, un joven de tez morena practicante de boxeo, sobre el que no se supo más, así como tampoco de su moto, una Bera socialista con varias calcomanías fosforescentes de color verde; 2) “El lobo” de Las Malvinas, un joven alto y apacible, practicante de la cultura Emo, amante del heavy metal, cuya mayor diversión era compartir sus ideas con los jóvenes liceístas que frecuentan en las tardes la plaza Bolívar de Tucupita; 3) Un adulto mayor al que le atribuían haber mantenido amores con la pareja de un “paisa”, cifrando en ello la causa de su desaparición, algo que nunca se comprobó.

Cabe destacar, que “El morocho”, desapareció casi al mismo tiempo que “El pájaro azul”, siendo más bajo y delgado que Carvajal, lo que descartaría, en función de la longitud del fémur encontrado, que sean sus restos. Lo mismo ocurre con el adulto mayor, el cual por referencias de un funcionario policial, también era bajo. Habría que esperar por la comparación de los restos con las características conocidas y reconocibles de “El lobo”, aun cuando un rasgo distintivo suyo sea la particularidad de su vestimenta, siempre de negro.

Otro factor a considerar es que se trate de alguien proveniente de otra localidad, cuya humanidad inerte fuera liberada en las adyacencias del pozo. Es menester recordar, que unos cinco años atrás, una organización delictiva encabezada por quien fuera considerado la mayor amenaza publica en el Delta, tuvo de su lado varios secuaces provenientes de otros estados, que perdieron la vida en la tierra del agua, sin llegar a conocerse su identidad.

Habrá que esperar los resultados del examen forense con la esperanza de que sea determinada la identidad y sus familiares mitiguen la ansiedad que los atormenta.

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