Por Amador Medina, con información de Aaron Smith y Mr. Olivier Allard para Tane tanae y Radio Fe y Alegría
De tener los anaqueles vacíos en medio de saqueos, a permitirse el total abastecimiento interno y el contrabando hacia estados remotos de Venezuela como El Esequibo y cruzar la frontera hasta Guyana; es el nuevo y extraño fenómeno económico con sello venezolano, el país aún inmerso en crisis.
Caminar por las calles de Kumaka en el Esequibo venezolano, aunque con presencia mayoritaria de ciudadanos guyaneses, es poder ver productos alimentarios hechos en Venezuela. Llegan ilegalmente a esta zona y cruzan la frontera hacia Guyana.
Guyana abastecía de alimentos al territorio Esequibo de Venezuela durante la escasez de los años 2016, 2017, 2018, pero progresivamente el mercado ilegal criollo ha comenzado a crecer y a establecerse como “desde siempre ha sido”, recordó un venezolano que vive en Georgetown.
Gilbert Wells posee doble nacionalidad: es venezolano y guyanés, tiene 60 años de edad y tuvo que migrar de niño hasta Venezuela durante la Guyana comunista que los estaba matando de hambre: había escasez, saqueos y mucha delincuencia. Kumaka, la población venezolana en El Esequibo, representaba un alivio para los guyaneses, quienes arribaban a este lugar como podían porque tenían severas restricciones gubernamentales.
“Kumaka desde siempre ha sobrevivido gracias a los productos venezolanos, solo que eso fue decayendo cuando Venezuela entró en crisis, pero ahora está cambiando poco a poco. Sí, son productos del contrabando, pero es que desde siempre ha sido así”, relató el señor Wells.
La gente de Kumaka busca más los productos venezolanos por sus bajos precios en comparación con los rubros de Guayana. Pese a la ilegalidad, las autoridades locales en manos de guayaneses no impiden el libre desenvolvimiento de este fenómeno.
Barcos Vs los “balajús”
Al menos dos veces a la semana arriban desde Georgetown dos barcos cargados de productos guayaneses a Kumaka, no obstante, desde localidades venezolanas cercanas a El Esequibo también llegan repletos de artículos pequeños botes de madera llamados “balajús”: son embarcaciones rápidas y abundan en estas zonas fluviales.
Si bien los rubros guayaneses son mucho más, estos comienzan a ser los menos vendidos, mientras el contrabando desde otras localidades venezolanas cobra demanda.
Los precios
Los guayaneses y venezolanos de Kumaka demandan sobre todo alimentos y, “no es que les guste o no más la comida de Venezuela, solo que es más barata”, dijo uno de los comerciantes criollos en esta localidad de El Esequibo.
Así, un kilo de pasta venezolana cuesta 2.5 dólares americanos. Pasta guyanesa: 4 dólares. En Tucupita: 1.23.
Harina de maíz venezolana: 2.5 dólares. Guyanesa: 4 dólares. En Tucupita: 1,07 dólares.
Los artículos más vendidos son: pasta, harina de maíz, cigarrillos, gaseosas, galletas, mecheros, queso y mortadela.
La tendencia es que cada producto venezolano dobla su valor en Kumaka y aun así resulta más barato que los rubros guyaneses. Si bien esto propicia el mercado ilegal, de alguna manera es un mal necesario para los pobladores de esta zona, a donde el flujo de recursos por la explotación petrolera todavía no llega, es por esta razón que Caracas y Georgetown mantienen conocimiento y entendimiento al respecto, a pesar de las disputas territoriales.
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