Imagen referencial de la persona herida

Casi degolla al marido y ahora llora en Politucupita por volver con él

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En pañito de lágrimas se convirtieron la Com/J Milagros Cequea y sus muchachos ante el llanto inconsolable de la mujer

Si la hoja del arma oxidada no se hubiera doblado, la vida del amado esposo habría terminado.

La diosa fortuna acudió en su auxilio, logrando que el cuchillo, de los más baratos y quebradizos que venden los chinos, se curvara cuando pretendía enterrarlo en el lateral izquierdo del cuello, del “dizque” amor de su vida.

Cualquiera podría pensar que incidieron los celos, sin embargo, esta vez, la historia fue al revés. El herido, dolido y resentido fue el santo varón de 42 años, acongojado porque, tres horas antes, su media naranja de 30 salió a comprar una botella y regresó casi ebria y sin ella.

Al llamarle la atención, la dama “peló” por el filo gris con empuñadura de material sintético, lanzando de forma alocada una puñalada endiablada, con destino a la aorta o la yugular, la que cayera primero, en su afán de cobrarse el reclamo del que momentos antes era su luna y su sol, la razón de su sin razón, el príncipe azul de sus sueños.

Herramientas para la vida

Viendo la sangre brotar, el mal querido corrió como pudo al hospital Razetti, afirmando que le dejaría todos los bienes, incluyendo los peluches y las flores que le obsequió con tanto esfuerzo, y se iría en una nave interplanetaria a los confines del sistema solar, donde jamás pudiera verlo.

Atrapada a las 9 pm de este jueves, en la casa de Cocalito, sector centro, donde ocurrieron los hechos, fue trasladada de inmediato a la celda 1 o celda de “cachi”, donde no ha hecho si no llorar, exigiendo ver a su querubín, al que jamás habría hecho daño, si San Antonio no le hubiera enredado el pensamiento.

Pañuelo tras pañuelo, sin calma ni sosiego, se le fue el día en lamentar la irreparable perdida que sufrió su atribulado corazón.

Ay dolor.

Ahorra y gana

 

  

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