El “Bochinchero de la radio” arriba a un año más con una sustantiva diferencia, ahora lleva carga en la maleta, la vida lo premió con Denver, su primer hijo.
Por ende, se convirtió en un bochinchero padrísimo o en un padrísimo bochinchero, que en México significa un papá estupendo, admirable, buenísimo.
Al orgullo de Agua Negra, con 16 años descosiendo la liga en el mundo de las ondas hertzianas, le picaron 4 tortas, una en Fe y Alegría 92.1 FM Tucupita, su casa de siempre y tres en su humilde morada de la troncal 15.
Animador, publicista, locutor, educador, comunicador social, casi ingeniero y alto pana de sus amigos, le espera mucha dicha y prosperidad, y una segunda etapa de impulso y consolidación de su talento radiofónico, inspirado por su único heredero hasta el momento, a quien legó desde ya la siembra de auyama, patilla y frijol del fondo de la casa allende al muro, y el orgullo de ser hijo de Gustavo Lubin.
Felicidades.