Estaba solicitado en Venezuela por robo agravado y porte ilícito de armas de fuego
A José Guerrero, alias “goyo”, lo madrugaron en su casa de la calle Miranda, también conocida como calle de la EFE, en la capital deltana.
El día que llegó a Tucupita, menos de 24 horas después de ser expuesto en los medios de comunicación social de Trinidad y Tobago, como el presunto homicida de un adulto mayor, fue atrapado.
Coloquialmente hablando, se bajó de la lancha, siendo esperado por los indestructibles de la Dirección de Investigación Penal de Polidelta, a las puertas de su vivienda.
La somnolencia que arrastraba luego de escapar a toda velocidad de la isla caribeña, desapareció como por arte de magia.

El futuro con “plata” que había imaginado luego de supuestamente asfixiar con su correa a Richard Le Gere, prestamista y casero de 64 años, a quien arrendaba una habitación, se trocó en un retorno forzado a un espacio que conoce de cabo a rabo, el Centro de retención y resguardo policial Guasina.
Apenas ingresó, lo afeitaron con la 00 y le indicaron que tenia un pie en su país de origen y otro en la nación vecina. El Ministerio Público y las autoridades venezolanas gestionan con sus pares de T&T, para determinar si purga su pena en una cárcel nacional o es devuelto para que pague por el homicidio.
Rendido y exánime, sin fuerzas ni bríos, dio inicio sin saberlo a una interesante etapa de colaboración binacional, con la activación del acuerdo sobre intercambio de reos que permanecía dormido.
Polidelta obtuvo un éxito insospechado, reflejado en opinión del “sagaz” London, en una verdad manifiesta, “no huyan al Delta porque, no podrán estar tranquilos”.