Fueron casi 4 años y 7 meses los que estuvo al frente del deporte deltano la profesora Luzmelis Valerio, más tiempo que nadie que la haya precedido.
Mujer que, con esfuerzo y valentía logró dar un vuelco al ámbito de la actividad física, estableciendo vínculos nunca vistos con las federaciones y el Ministerio del Deporte, incluyendo el ministro.
La sumatoria de aliados estadales, regionales y nacionales, la condujo a obtener excelentes resultados, cuyo principal beneficiario fue el Delta.
El constante flujo de selecciones hacia todos los rincones del país, no es tarea fácil, Valerio se dio el tupé de enviar hasta 4 o 5 al mes, cuando otros estados con mayor nivel económico no viajaban, ¿cómo lo hacía?
La gerente manifestaba en sus diversas alocuciones que ninguna asociación se quedaría sin viajar, mucho menos por inconvenientes con la dirigencia, siempre afloró de sus manos de maga una solución o alternativa.
Hizo renacer los juegos laborales después de casi 7 años desaparecidos, activó el plan de becas que cuenta actualmente con más de 60 beneficiarios, propició mejoras en cada una de las oficinas del ente rector, abriendo y modernizando los cuatro dormitorios, entre otros tantos avances. Igualmente, deja más de 10 asociaciones constituidas y organizadas legalmente con las otras en proceso, muchas de ellas acéfalas antes de su llegada al Instituto, amén de la unidad de transporte “sobre ruedas”.
Son muchos los atletas que se encuentran en selecciones nacionales, gracias al trabajo mancomunado con las asociaciones, porque, si un atleta no participa en un evento nacional, ¿cómo pueden observar su talento y cualidades?, esa fue la razón de su esfuerzo para que cumplieran sus compromisos fuera del estado.
Le correspondió la responsabilidad de los juegos nacionales, subiendo peldaños cada año hasta bajar un escalón, cosechando la mayor cantidad histórica de medallas.
Para finalizar, es una mujer querida por sus trabajadores, a pesar del fuerte carácter. Poseedora de un valor humano único, consideramos que será recordada con mayúsculas por su compromiso y gallardía con la conducción deportiva.
A quien le toque no la tendrá fácil, si sabe gestionar como es debido, tal vez logre igualar lo que hizo Valerio en casi 5 años, superarla es difícil.
¡Amanecerá y Veremos!
