El piso era un espejo en el que podías mirarte
Brillaba como si tuviera un ejército limpiando, sin embargo, eran ella sola y ocasionalmente, una muchacha a su servicio.
A pesar de llamarse oficialmente alojamiento “La Flaca”, no lo reflejaba en la fachada ni en la puerta, representando desde fuera, una gran casa de familia.

Como propietaria y administradora, a pesar de ser una ciudadana a carta cabal, se le dificultaba responder a las crecientes exigencias tributarias, prefiriendo mantener un bajo perfil, aunque ello se tradujese en menos ganancias.
De rectitud encomiable, fijaba con claridad las reglas al entrar, exigiendo silencio, orden, pulcritud y un comportamiento ejemplar, mientras la persona permaneciera hospedada en el lugar.
Con buen sentido del humor, combinaba seriedad con distención, haciéndose querer por propios y extraños.

Personas como la guyanesa María Wells deberían florecer en cada esquina, su carta de presentación fue trabajar, respetando leyes y autoridades, dedicándose a tiempo completo a los suyos, aportando sanas y buenas costumbres al país de adopción, mientras iba dejando huellas indelebles de su paso por estas tierras.
Dios la tenga en su Santa Gloria.
