
Cumplió años el jueves y declaró en su casa que las celebraciones se extenderían hasta la madrugada del lunes, cuando ya no pudiera con su alma.
A este noble muchacho le sobró quien le brindara, por algo es popular y buena gente.
Él también brindó, una botella con una etiqueta, creyendo muchos que era Etiqueta, cayendo en el engaño.

Con etiquita o sin Etiqueta, lo cierto es que cientos de amigos compartieron con él, deseándole larga vida y mucha salud.
Muchos están de paso, otros tantos se quedan un tiempo, hay quienes siendo de aquí se van y no vuelven más. El caso de Alfride es distinto, es de Tucupita, lo fue y lo será, por eso la felicitación a este pana de nuestra tierra, deltano de pura cepa y tucupitense de raíz, sentimiento y corazón.
Y a seguir celebrando.
