La jefa de Finanzas del PSUV conecta cada diciembre su cable a tierra
Fotos: Brigada S.B.
Yelitza Santaella, exministra de Educación, mantiene intacta la costumbre adquirida hace tres décadas de visitar los fines de año, con un cargamento de juguetes, sus añorados predios
Es punto de honor, volver al lugar de origen con el trineo cargado de obsequios.
Tras pasar al roster nacional del partido de gobierno, encabezando por dos periodos el poder Ejecutivo del estado Monagas y durante tres años el sector con la mayor nómina de Venezuela, espera con paciencia su nuevo turno al bate, cada vez más cerca de llegar en vísperas del año electoral.
En su descargo o defensa, la que puede parecer una acción política, en su caso obedece a la posibilidad del reencuentro con las extensas zonas cultivables, cuna de los primeros oficios; el vistazo a las aguas sagradas de la vertiente orinoquense, cuyo caño fue navegable hasta Tucupita centro; y el baño del vecindario, rodeándose de las generaciones de antes y de ahora, de ascendencia neoespartana, aclimatada y arraigada al Delta.
Santaella lo necesita, el punto de partida es como el timón de la cola, que guía el vuelo del avión hacia su destino.
Un sano hábito, que disfrutan tanto ella como los beneficiarios, recibiendo las bendiciones que trae consigo en Navidad, su hija memoriosa, aquella que no los olvida.
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