Lizeta Hernández ya tiene 15 años en el poder, recientemente los cumplió. La gobernadora de Delta Amacuro ocupó la administración del estado cuando el fallecido presidente Hugo Chávez intentó unificar la corriente izquierdista en uno solo: el Partido Socialista Unido de Venezuela. Por eso Hernández insiste en afirmar ser “la primera gobernadora chavista del Psuv”.
Hace 15 años su predecesora, Yelitza Santaella, levantaba sus brazos en señal de victoria, desde entonces han corrido muchas aguas de las que ya sabemos.
No hay un discurso en el que la mandataria de Delta Amacuro no mencione ser “la gobernadora de las dificultades”, explicando que ha tenido que atravesar por problemas como: el secuestro de su padre, el muy querido por los deltanos, Dr. Simplicio Hernández (+), los días más crudos de la escasez de alimentos, que derivó en una ola de saqueos y la pandemia por la Covid 19.
Esta narrativa le ha valido mantenerse en un sitial importante del poder y seguir emocionando a sus seguidores, por lo que ya arriba a los 15 años. Algunos críticos han afirmado que se trata de uno de los gobernantes que “no ha hecho ninguna obra importante”, a lo que la político ha respondido: “mi gobierno no es de cemento ni de grandes contratos de esos que dejaban jugosas ganancias, sino de atención social directa, de salud, allí está mi gestión”.
Otros analistas políticos tildan a Lizeta Hernández de ser “buena administradora” y la asocian con sus genes árabes y la cultura históricamente comercial; siendo esto último una afirmación que desconoce otros contextos científicos, e incluso- paradójicamente- sociopolíticos.
En medio de este escenario y otros que quedan en el tintero del pensar de cada quien, la gobernadora de Delta Amacuro, Lizeta Hernández, continúa afirmando que lidera la revolución por estos 15 años “y los que me faltan”.