Además de que deben sobrevivir en la ciudad durante los días de diligencias, se topan con la poca ayuda que reciben de las autoridades del Instituto Regional de Atención al Indígena y el Ministerio de Pueblos Indígena. El idioma es otra traba con la que deben lidiar.
José Rodríguez, presidente de la Asociación de pensionados y personas con discapacidad en el estado Delta Amacuro, se dirigió a los gerentes del Saime en la región, para que evalúen la realidad por la que atraviesan los waraos a la hora de intentar obtener sus respectivas cédulas de identidad.
El señor Rodríguez manifestó que ha conocido varios casos donde los aborígenes navegan desde el municipio Antonio Díaz hasta la capital de Delta Amacuro, para actualizar sus documentos personales, pero cuando llegan al Saime, los funcionarios les exigen sus partidas de nacimiento, cuyos documentos están en sus comunidades de la selva deltaica y no pueden buscarlos con facilidad, ya que demoran hasta una semana para arribar en canoas y a remos.
«Ellos ya tienen un número de cédula, pero las cédulas están vencidas y al querer renovarlas, no pueden porque les exigen sus partidas de nacimiento. Eso debe corregirse porque si ya la persona posee una cédula, quiere decir que ya fue registrada alguna vez», cuestionó el señor Rodríguez.
Rodríguez solicitó ayuda a la gobernadora del estado Delta Amacuro, Lizeta Hernández y a la alcaldesa de Tucupita, Loa Tamaronis, para que atiendan esta realidad por que atraviesan los waraos cuando quieren obtener una cédula de identidad.
«Hablando en criollo, el número de cédula es la matrícula de cada venezolano, y los waraos ya tienen esa matrícula, no deberían pedirles partida de nacimiento porque no es fácil buscarlas».
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