Vanesa es técnico dental y atiende en su casa en Couva, Trinidad y Tobago. Hace 5 años partió desde Tucupita, Venezuela. Ella alistaba el regreso a su país. Todo marchaba bien hasta que fue atacada por uno de sus clientes.
El miércoles 12 de octubre un venezolano llegó al consultorio de Vanesa. Pidió que le preparara una prótesis, se tomó las medidas y regresó al día siguiente. No por su diente, sino por dinero. Todo estaba planeado a partir de los siguientes detalles
El jueves 13 de octubre un trinitario llegó a esta casa asegurando querer comprar el carro que Vanesa había puesto en venta. Arribó sobre las 8: 30 de la noche. A esa hora quiso probar el auto, por lo que el esposo de Vanesa accedió a acompañarlo a dar una vuelta. Para eso tuvo que abrir el portón de la casa, cuando lo hacían, justamente llegaron dos venezolanos: el cliente de la técnico dental y otro hombre.
Ya eran las 9 de la noche cuando el cliente y otra persona, ambos venezolanos, llegaron al consultorio de Vanesa. Ella estaba con su hermano y su hija. Todos se extrañaron por la hora, pero por tratarse de paisanos, accedieron a hacerlos pasar.
El cliente entró y se probó la prótesis. Los primeros malos indicios comenzaron a relucir minutos después, cuando el cliente dijo tener molestias con su nuevo diente, pese a que la medida era indicada. Posteriormente las víctimas concluyeron que ganar tiempo formaba parte del plan.
Cuando el esposo de Vanesa llegó, los venezolanos que previamente habían arribado sacaron un arma y un cuchillo y someten, en primer lugar, al hermano de Vanesa y a su esposo. Apuntando la pistola sobre ellos, intercaladamente, exigían la entrega del dinero.
– ¿Dónde está el dinero?
-Nosotros no tenemos dinero
-Claro que sí, alguien cercano a ustedes nos pichó que tienen dinero y están por irse a Venezuela
Pasaba el tiempo, pero nadie retrocedía ni claudicaba. A los hombres los amarraron en un cuarto, mientras que a Vanesa y a su hija las llevaron a otro lugar de la casa. Cuando apuntaron a su hija, ella comenzó a perder el control, pero luego la calmaron. Registraron toda la casa y encontraron el dinero guardado.
Al final, la niña y Vanesa también fueron atadas. Luego los atacantes venezolanos se marcharon en un carro que los esperaban. Lograron irse con USD 12.000 más seis teléfonos celulares.
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