Nuestra socióloga deltana vuelve a la carga. Sin pelos en la lengua, nos relató su versión de las relaciones entre paisanas y “trinis”, con tal desparpajo y atrevimiento, que al momento de redactar tuvimos que bajarle los decibeles.
Sin intención, por ahora, de identificarse, aceptó por segunda vez en menos de un mes, responder varias preguntas sobre el impacto que han generado en el sexo opuesto, las mujeres venezolanas en la nación caribeña.
Extraordinariamente perspicaz, nos va mostrando la realidad oculta o al menos poco conocida del mundo de los romances entre damas y caballeros de culturas distintas, que se atraen como la luna y el sol, girando la una eternamente en torno al otro, con la particularidad de que en este caso es al revés, son los soles trinitobaguenses quienes giran magnetizados en torno a nuestras lunas.
Pudiera parecer frívolo, pero es real, tan cierto y real como la vida misma.
1.- ¿Qué tanto llaman la atención las mujeres venezolanas en Trinidad?
RL: Mucho, no quiero parecer pretenciosa ni exagerada, lo cierto es que, por regla general cada venezolana tiene como mínimo 3 pretendientes.
2.- ¿Cómo hacen para prestar atención a tanto enamorado?
RL: Lo disfrutan. Al hombre trinitario lo motiva saber que está compitiendo con otros hombres y las llenan de atenciones para llevarse el premio mayor, una novia venezolana.
3.- Deben sentirse muy halagadas.
RL: Por supuesto. No quiero que se nos juzgue mal, pero debo decirlo, tantas atenciones no solo nos llenan emocionalmente, nos vemos colmadas de obsequios.
4.- ¿No implica algún tipo de riesgo?
RL: Diste en el clavo, claro que sí, puede traernos graves problemas, hasta la muerte. Ya ha sucedido, alguno se siente engañado y al ver que no puede tenerla, que ella prefirió a otra persona, ha optado por asesinarla.
También sucede que no quieren una relación seria y una vez que nos conquistan dejamos de ser interesantes para ellos. Por suerte, son los menos.
Algo tienen en común casi todos, nos perciben como vanidosas y eso hace que muchos pretendan salir con nosotras, tener intimidad y nada más, de eso debemos cuidarnos.
5.- No entiendo, ¿prefieren únicamente las relaciones superficiales, temporales, sin compromiso, o se enamoran realmente de las mujeres venezolanas?
RL: Por supuesto que se enamoran. Caen perdidos, somos como amazonas, como sirenas, lloran, no duermen, no respiran si no te ven…
Hay excepciones, existen algunas personas provenientes de un sector muy adinerado que pudieran no tomarnos en serio, malinterpretar nuestra simpatía y pretender únicamente nuestra compañía temporal, a ellos debemos hablarle claro haciéndonos respetar.
6.- Siendo así, deben proliferar las uniones entre trinitarios y venezolanas y en términos generales, a aquellas que formalicen la relación, irle bien.
RL: Allí está el problema. No sabemos utilizar las cartas a nuestro favor. Siento decirlo, pero es verdad… El orgullo nos mata.
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