El Bloque de Búsqueda del órgano de investigación penal seguía de cerca sus pasos
“Tenía la sombra del CICPC sobre su espalda y decidió entregarse”, la afirmación corresponde a un integrante del equipo multidisciplinario conformado por la división de homicidios, la subdelegación municipal y otras coordinaciones, para capturar a los tres presuntos homicidas del joven Osmar González.
Habiéndose librado la orden de aprehensión, están siendo activamente buscados, con la colaboración de los despachos esparcidos en el ámbito nacional.
J. J. Martínez Flores de 31 años se entregó voluntariamente, siendo el único en hacerlo hasta el momento, quizá empujado por el cargo de conciencia de haber contribuido a la comisión de tan horrendo crimen. Lo mismo aspiran que ocurra con los dos restantes.
“Es hora de que asuman su responsabilidad ante los órganos jurisdiccionales competentes, este homicidio no quedará impune” manifestó el pesquisa.
González de 17 años, cuyos restos fueron encontrados parcialmente descompuestos en una zona enmontada en las adyacencias del geriátrico Doña Menca de Leoni de Tucupita, salió un viernes 24 de junio de su residencia en la comunidad El Bolivariano, rumbo a la vivienda de una tía, a tres casas de la suya, sin que se supiera más de él hasta hallar el cadáver el 1 de julio, 7 días después.
Previamente le había dicho a su mamá que unos traficantes de personas lo habían amenazado de muerte negándose, a pesar de las insistencias de la progenitora, a denunciarlos. Esa reticencia a ponerse en manos de la justicia y establecer un freno a sus perseguidores fue el final.
Dios lo tenga en su Santa Gloria.
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