Jesús María Hidalgo / Tanetanae.com.

Un espacio grande

Por Jesús María Hidalgo Chaurán/Sic.

¿Por qué este título?

Hace unas semanas escribí un artículo titulado «Un rincón de Amor en el hospital Luis Razetti de Tucupita», donde mencioné el amoroso trabajo que realizan preciosas Deltanas y donde me estoy realizando unas terapias.

Debido a un dolor en mi hombro derecho, el cual no ha cesado a pesar de las terapias, allí me recomendaron realizarme una radiografía para determinar el motivo de dicho dolor y, de esta manera, hacer las terapias respectivas.

En virtud de esto, acudí al sitio donde realizan las placas en el hospital y el portero le dijo a mi esposa que primero yo debía ir a consulta con el médico para que me dieran la orden.

Nos trasladamos al sitio indicado, y cuando llegamos nos dijo una enfermera: «aquí no es, vaya al frente», al salir nos encontramos con un médico hablando con unos indígenas que no habían podido asistir a la cita por falta de recursos económicos y el médico respondió: «yo no puedo hacer nada»  y continuó diciendo: «aquí no hay consulta», refiriéndose a su especialidad, y continúa: «teníamos un consultorio en ese pasillo y se dañó el aire, y sólo con ver dos pacientes, ya no soportamos el calor»

(el médico tiene razón, deberían arreglar el aire).

Entonces le pregunté al médico: «pero ¿Ud. pudiera darme la orden para la placa?» y me preguntó: «¿Quién lo está tratando?» Le contesté: donde me están haciendo mis terapias, me recomendaron realizarme una radiografía. Entonces, el médico dijo que debían enviar de allá la orden.

En ese momento pensé, ¿podrán allá dar una orden de esa naturaleza?, ¿no sería más bien un médico fisiatra o traumatólogo, si lo hay allí?

No hubo forma de lograr una consulta en ese momento, y vino a mi mente la siguiente reflexión:

Hay un espacio grande en el hospital con muchas personas en el área de consulta, pero ¿Dónde está la atención y la orientación, puesto que mi esposa y yo recorrimos dicho espacio buscando la atención adecuada, lo cual era la consulta con un médico que pudiera dar la orden para que me hicieran la placa, y no encontramos tal atención?

Aquí falta el Amor y la calidad humana que se puede observar en la Sala de fisioterapia.

Por lo tanto, lo que veo bien lo escribo sin importar quien lo haga, y si lo estan haciendo mal también lo escribo.

Finalmente, tuve que acudir a un médico amigo que no estaba de guardia, quien gentilmente me dio la orden para poder realizarme la radiografía.

Con la verdad ni temo ni ofendo.

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