Todo inició en Araguaimujo

Por Cristian Medina

Sí, todo inició en Araguaimujo. Por eso, cuando hablamos de Araguaimujo, hablamos de historia, hablamos de anécdotas, hablamos de amor, de valores, sí, y lo hacemos con nostalgia. Vale la pena recordar.

Araguaimujo ha sido una tierra bendecida. A esta comunidad se le atribuye en ser la primera que acogió a los primeros misioneros capuchinos en su arribo al Delta.

Fue allí, en medio de la nada, en plena selva, apareció por primera vez el padre Santos de Abelgas, en el año 1925, que luego inauguraría allí una de las obras más emblemáticas de la época como parte de su Evangelización, el recordado internado.

Algunos años después se intentó expandir otra misión en San José de Amacuro, sin embargo, este proyecto se quedó estancado sin avance positivo.

Más tarde, en el año 1942, los capuchinos, en la persona de padre Barral, crearon la misión de San Francisco de Guayo, más hacia la selva deltaica.

Es parte de cómo surgió esta sabrosa historia que tiene a Araguaimujo como el plato principal, una tierra que inspiró a otras comunidades, que avanzó progresivamente hacia el desarrollo social y que, actualmente, tiene a los pioneros en todas las áreas de profesión.

Gracias a ello, Araguaimujo parió a un sinfín de excelentes educadores, deportistas que brillaron en el ámbito nacional, los primeros médicos, los primeros locutores, primer académico de la Lengua, y entre tantos y no menos importante, los primeros consagrados a la vida religiosa.

Actualmente, muchos de ellos se destacan en Tucupita, la capital de Delta Amacuro, otros lo hacen desde otros estados del país, incluso, en el extranjero.

Los araguaimujeros han ocupado cargos importantes a lo largo de la historia en la entidad, todavía lo hacen, desde las instituciones educativas, deportivas, culturales, hasta en el ámbito político.

Esto apenas es un resumen de casi cien años de historia, pero sí, de eso fue capaz Araguaimujo.

Y, en el marco de la conmemoración de esos cien años, este domingo 28 de mayo se llevó a cabo la misa que marca el inicio de la ruta para los preparativos de celebración que se efectuará en el año 2025. La misa fue presidida por monseñor Ernesto Romero desde la catedral Divina Pastora de Tucupita.

En su homilía resaltó el alto nivel productivo que hubo en estas tierras, además, destacó la valentía de los primeros misioneros por asumir esta tarea que dejó Jesucristo en su paso por la Tierra. Y, por último, agradeció a la vicaría Dani Consolata por la organización de la celebración.

Por otra parte, el misionero de La Consolata, sacerdote Josiah K`okal, resaltó la importancia de esta celebración. Agradeció la presencia de waraos y no waraos a la Eucaristía. Al mismo tiempo invitó a todos los deltanos a ser partícipes de este recorrido, “cien años son cien años”, recalcó.

Misionero Josiah K`okal
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