Temen por una tragedia similar a la de Vargas en Tucupita

Opinión de Rogelio Rodríguez 

“No hay recursos para evitar una tragedia en el Delta del Orinoco”.

Con esa respuesta pretenden justificar responsabilidades. No es menester revelar detalles para evidenciar el uso indebido y contrario al interés nacional de recursos hasta «exedentarios». La situación actual del país y la nación hablan por sí solas.

Han transcurrido casi cuatro años de la avería en «Los Güires» y lejos de estar resuelta empeora con cada creciente… Desestiman una amenaza de tal magnitud y retan a la naturaleza con la población en medio… ¿Será que es menester nos borre una catástrofe como la de Vargas para comenzar desde los escombros?

Es inaudito que no se haya previsto la reparación de la infraestructura después de los estragos de la temida creciente del 2018. ¿Será que el tiempo transcurrido, repito, casi cuatro años, es insuficiente para «levantar» recursos y resolver? Veamos ejemplos de OBRAS, con toda la extensión de la palabra, llevadas a cabo en el Delta hace más de 50 años con técnicas y maquinarias hoy obsoletas.

1.- Dragado en 21 meses -marzo 1952 a noviembre 1953- de los 285 Km. de la ruta de navegación Puerto Ordaz – Atlántico vía caño Macareo donde fueron removidos 15.000.000 m3 de sedimentos.

2.- Construcción en tres años (1963-1966) de 172 Km de diques; la oclusión del caño Manamo o «cierre» y el levantamiento del resto de las obras que conforman el Sistema de Diques (SD) del Delta del Orinoco. Pues bien, la reparación en «Los Güires» y «Boca de Macareo», sitios que están que se derrumban, son un «grano de arena» o una minucia versus la construcción de las obras citadas.

Por el abandono y estado deplorable en que se encuentra la obra pareciera que los responsables de la salud de dicha infraestructura nunca escucharon el cuento que el Orinoco nos sumergía, o casi, y que el Sistema de Diques, entre otras cosas, es para evitarlo.

La falta de conciencia y comprensión de la magnitud y gravedad del asunto deriva en indolencia y abandono de la obra incluso cuando las menguas generan fallas de importancia y riesgo. No les cala o no digieren que se trata de una urgencia y que «ESO» no espera.

No es una calle rota; un tendido eléctrico en el suelo; una tubería derramándose, etc., etc., sino, que están dadas las condiciones para que ocurra un percance donde la vida misma está en riesgo.

TAMPOCO SE PERCATAN QUE ESA ES LA PRIMERA OBRA POR ATENDER EN EL DELTA, incluso primero que un hospital, sino, ¿de que serviría un hospital ante una catástrofe de esa naturaleza si esa institución, como todo el que esté presente, será un damnificado más? No caen en la cuenta que urge aprovechar el «chance» que la naturaleza, convulsa por el CAMBIO CLIMÁTICO, nos ofrece… Pasó el tiempo y no se dan por enterados que EL SISTEMA DE DIQUES ATAJA O CONTIENE LAS AGUAS NECESARIAS PARA SUMERGIR LAS 300 MIL HECTÁREAS «RESCATADAS» DE LAS INUNDACIONES EN 1966 y que sin esa obra tuviésemos que evacuar, pues, Tucupita durante las crecientes se reducía a más o menos unas 6 o 7 «manzanas».

Hoy su estado es próximo al colapso y estamos seriamente expuestos a que semejante volumen de aguas se nos venga en torrente, nos arrope y arrase… NADA NI NADIE LAS ATAJARÁ. CESARÁN CUANDO SE NIVELEN.

El incumplimiento de una obligación tan crucial para la seguridad de la población es un crimen, quiérase o no.

Compartir contenido

Vamos a encontrarnos en Telegram https://t.me/Tanetanaedelta