
Hija de una dama emigrante del Oriente Próximo, como consecuencia de las guerras políticas, religiosas y culturales en la zona arábiga del continente asiático; de padre venezolano y nacionalista por los cuatro costados, el queridísimo Dr. Simplicio Hernández, hoy desaparecido, bautizado por el amor de los deltanos como “Picho”. Proveniente junto a su hermano Renán Hernández, tenaz productor del agro, querido por este servidor como su segundo padre, de la ciudad de Puerto Cabello, con raíces profundas en la isla de Coche, tierra de humildes pescadores.
Nacida y criada en la zona tórrida cercana al Ecuador, en medio del calor tropical que abraza y protege a todos los que vivimos en la tierra del agua. Fiel seguidora de la vocación de su padre, al graduarse de médico, por amor a su estado retornó para poner el conocimiento profesional adquirido al servicio del pueblo, sobre todo en las zonas rurales más apartadas de la capital Tucupita.
Desde muy joven, quizá sin darse cuenta, se involucra en la política, acompañando primero a su padre en los menesteres de su desempeño como gobernador, al igual que su familia, asumiendo posteriormente altas responsabilidades en el gobierno regional. Dirigente con plena disposición a asumir retos, recuerdo perfectamente cuando me tocó ser el jefe de la Unidad de Batalla Electoral (U.B.E.), estructura política del ámbito revolucionario en la parroquia San Rafael, al iniciar el proceso conducente al referéndum revocatorio contra el alcalde Edgar Domínguez, contamos con el apoyo protagónico de Lizeta Hernández, en virtud de recuperar espacios para el socialismo, lamentablemente no logramos el objetivo por no contar con el respaldo de la jefatura política de aquel entonces.


Investida como gobernadora del estado por primera vez, en rotundo triunfo contra fuertes contendores de marcada experiencia en tareas de gobierno, comienza un rápido periodo de adaptación y aprendizaje saliendo airosa en un nuevo proceso electoral cuatro años después para un segundo mandato. Pese a las dificultades crecientes, con un presupuesto reconducido y una merma sustantiva en los recursos, cumple satisfactoriamente con las demandas laborales en salud, educación, servicios y en términos generales en todos los sectores correspondientes al ejercicio de dirigir el Estado; en esta nueva etapa, con mayor conocimiento del mundo político, en virtud de su notoria capacidad y deseos de adquirir experiencia, busca el asesoramiento de personalidades, como el extraordinario dirigente deltano Ramón Antonio Yánez, obteniendo un triunfo absoluto en la última batalla electoral para la gobernación de nuestro estado, no estando en juego simplemente un cargo, si no la paz del pueblo. La oposición trumpista de la mano de un grupo económico foráneo muy poderoso, pretendía a plata limpia tomar la máxima jefatura deltana encontrándose con que la conciencia de nuestro pueblo respaldo contundentemente a Lizeta Hernández y a la revolución chavista.
Entramos al año 2021 con Venezuela como líder mundial del movimiento multipolar, viniendo a nuestro país la valiente redactora enviada por la alta comisionada sobre los DDHH de la O.N.U., para medir el impacto de las sanciones unilaterales de EEUU y la UE contra Venezuela, desnudando la cruda realidad como resultado de estas criminales disposiciones, catalogándolas como crímenes de lesa humana y exigiendo su inmediato levantamiento.

En el plano nacional, en el parlamento hay un clima de paz política y concordia, que trajo consigo un cese de las confrontaciones innecesarias y contraproducentes.
La comisión de diputados a cargo de seleccionar los rectores que conformarán el nuevo CNE, ya incorporó las 10 personalidades de la sociedad civil a dicha comisión, quienes serán los encargados de recibir las postulaciones de los candidatos a rectores, después de los 14 días de su publicación en fidelidad al mandato constitucional; es menester señalar que este año corresponde legitimar a los gobernadores y gobernadoras.
Atrás van quedando las acciones fratricidas del grupo económico subyugado a intereses foráneos, que amén de amasar una inmensa fortuna usurpando bienes propiedad de la nación, se abrió al fascismo y al trumpismo pidiendo sanciones y bloqueos para aplastar el estómago del pueblo e intentando matar al presidente y a todos los presentes en el acto con drones. Sin mesura ni medida, procuraron hollar el suelo patrio invadiéndolo desde Colombia por el litoral con mercenarios preparados para matar; definitivamente, no tienen perdón.
Ante estas amenazas los deltanos, chavistas en su gran mayoría, a través del PSUV, Polo Patriótico, UBCH, CC, Mujeres, Jóvenes y Trabajadores (as), hicieron grandes esfuerzos para mantener la estabilidad y la paz laboral.
Ayudó en mucho el hecho de contar con una gobernadora experimentada, capaz, dinámica, audaz, osada, celosa de la cosa pública, que no se “achicopala”, encarando ella misma los problemas nacionales y regionales existentes como el gas, el combustible, y la distribución de alimentos a través de los CLAP, afectados severamente por las sanciones.
La “supuesta rigidez” con que enfrentó el Covid 19, que para un grupito fue demasiado fuerte burlándose de la frase, viene el corona bus, ignorando su sincero deseo de protegernos de este mortal virus, resultó ser la mejor medicina al traducirse en el estado con el menor índice de la pandemia, únicamente superado por la dependencia federal Los Roques. Huelga decir que se impuso la conciencia de nuestro pueblo y estamos prácticamente libres del coronavirus.
Es por ello, que ante la sombra desestabilizadora, el hamponaje apátrida y la pretensión de subvertir el orden constituido en el Delta, los deltanos mayoritariamente diremos:
Lizeta reúne los méritos, la gobernadora se queda.