Carlos “El Capitán” Polo y Ely “El Chiche” Valderrey son portentos silvestres. Juegan por que juegan. Casi de la nada, con el escaso desarrollo futbolero que había en el patio, surgieron pateando, con un potencial a raudales que se fue abriendo paso a fuerza de talento.
Al “Chiche” le correspondió un honor eterno e inigualable, fue el primer deltano en jugar en la liga profesional de futbol de Venezuela, en la tan anhelada primera división, y contra viento y marea ha sabido mantenerse. Con 33 años posee un físico envidiable, que le garantiza la continuidad y la titularidad indiscutible en Mineros de Guayana; cuando Ely confronta y pica, aguántense; si no que lo diga Independientes de Avellaneda, a quien casi le marcó.
A Carlos Polo le correspondió también un honor eterno e inigualable, es el primer deltano en formar parte de la selección nacional de Futsal, con enormes posibilidades de ir al mundial de Lituania. Al capitán Polo, hombre de fuste y talla en la defensa, nada lo impresiona ni achica, le juega igual a la canarinha, que al caimanero del barrio.
Sobresalientes a fuerza de determinación y voluntad, ambos profetas en su tierra y fuera de ella, contemporáneos con Machís y un poquito mayores que Tucupita Marcano Jr., forman parte de la avanzada deltana que en deportes de conjunto brilla con luz propia y ha sabido proyectar con nobleza y humildad grandemente su tierra.
Avanti campeones.
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