De un recóndito lugar de Venezuela, el último antes de abrir los brazos al océano atlántico y al territorio en reclamación, emergen dos talentos de talla mundial: Tucupita José Marcano Jr. y Darwin Machís.
Al día de hoy, 2 de abril de 2021, el estado con las instalaciones futboleras más deficientes del país, hace gala de una figura goleadora, titular indiscutido de la selección nacional, y en saludable consonancia con el que fuera un feudo beisbolero desde los tiempos del boom petrolero, en los lejanos 60, esgrime un futuro líder bate de las Grandes Ligas.
Pocas pequeñas ciudades del mundo, capitales de estado tan despobladas como la nuestra, la de menor índice poblacional de la nación, pueden exhibir los pergaminos de poseer dos renombrados deportistas. Machís lleva años siéndolo, Tucupita se estrenó con un boleto y una carrera luego de liderar el renglón bate en la clase A intermedia.
Sin considerarnos elegidos o cuna de superdotados, debemos agradecer al Creador sus bendiciones y podernos considerar provistos de aptitudes físicas, que no sabemos si atribuir a tanta naturaleza virgen desprovista de contaminación o a la sana alimentación constituida por topocho, ocumo, guara guara, buco y otras tantas especies que hacen de la nuestra una gastronomía exótica.
Gracias Machís, felicitaciones Tucupita Marcano Jr., preludio e inspiración de las numerosas estrellas que seguirán sus pasos.
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