La información fue suministrada por la gloria deportiva Ramón Narváez, uno de los directivos de la Asociación de Lucha del estado Delta Amacuro, perenne seguidor de la carrera de Néstor Antonio García.
El deltano, quien asistiera a los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, cita memorable para la tierra del agua y cuna del Warao, al contar con 3 tucupitenses entre el total de 6 representantes de la disciplina, ya encarnó iguales lides, al fungir como entrenador de la vinotinto en la modalidad grecorromana por espacio de un año, asistiendo nuevamente a unas Olimpiadas, en esta ocasión, Rio de Janeiro 2016.
Emigrado a Brasil en 2017, comenzó como preparador en el área de lucha de los competidores brasileños de MMA o Artes Marciales Mixtas, vinculándose progresivamente a su disciplina matriz en el estado de Amazonas.
De forma sorprendente, sin esperarlo, el pasado miércoles le fue comunicada la decisión, encomendándole por espacio de tres meses la preparación de los combatientes en greco de dos pesos: 60 y 87 kilos, con miras a clasificarlos a los Juegos Panamericanos 2023.
Hombre de retos, al momento de publicar esta información preparaba el informe técnico con las actividades a desarrollar y las metas a alcanzar en los 90 días disponibles.
Un logro extraordinario que coloca al deportista humilde, sencillo, amable y cercano que es, en una órbita similar a la de cualquier preparador venezolano en responsabilidades de dirección técnica en el globo terráqueo.
Al ocupar tan importante rol en el gigante del Sur, el “loco” Antonio, como le dicen cariñosamente en su lar, se convierte en claro ejemplo a seguir y en la muestra más dilatada de un egregio exatleta y entrenador, que no detiene su ritmo y se ajusta a los compromisos por muy elevados que sean, con pretensiones de grandeza.
“Me siento orgulloso por mi Delta y por mi familia” nos dijo en medio de la alegría. Felicitaciones campeón.
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