
Al joven L. R. Zambrano de 21 años, el inicio del conflicto bélico en otras latitudes le aceleró las pulsaciones, a tal punto, que este lunes en horas de la noche levantó el hacha de la guerra contra sus hermanas.
Incontrolado e incontrolable, una vez que le pasó la “calentura” huyo de su casa en la avenida La Rivera, siendo ubicado minutos después por los Politucupita del cuadrante 7, en las adyacencias del mercado municipal.
Más calmado y coherente, le indicaron por cual estropicio lo buscaban, le fueron leídos sus derechos y acto seguido fue conducido al comando del órgano de seguridad en calle Bolívar.
Una vez allí confesó no saber que le pasó y estar dispuesto a firmar un tratado de paz para volver cuanto antes a casa.

Ojala sus hermanas, convertidas en “talibanas” debido a lo que ocurrió, lo perdonen y cesen definitivamente las hostilidades.
La Com/J Milagros Cequea, jefa del estamento policial, le repitió lo mismo que le dice a cada “sayayin” que la emprende a trompadas con una mujer. Por más que sean dos las que lo hayan enfrentado, el hombre siempre lleva las de perder, “a una dama, ni con el pétalo de una rosa”.
La propia Milagros, terminó diciendo: no quieren aprender.
