Una joven a la que llamaremos “Zule”, fue a reclamarle a una pana que otrora fuera su carnal, uno de esos asuntos por los que las mujeres –en sentido figurado- matan.
Para su sorpresa, cuando le exigía que saliera a la calle para dirimir la disputa como guerreras, quien salió fue un hermano de nombre R. M. Navarro Jaime (25), presentándose un conflicto entre los dos.
Molesta por la intromisión del varón, también por el esguince en la rodilla, acudió a Polidelta en busca de solución.
Vaya si la obtuvo, no bien terminaba de denunciar, cuando el inquieto Galindo del Servicio de Investigación Penal y sus hombres, por instrucciones del sagaz London, Comisario Jefe del estamento policial, ya lo traían a prestar su declaración quedando detenido.
El hecho ocurrió el domingo en La Perimetral, municipio Tucupita, en horas de la noche.
Navarro aprendió que en líos de mujeres no es recomendable meterse, por mucho que una de ellas sea consanguínea y se la quiera defender.