
Una pequeña desavenencia tiempo atrás, hizo que la mayor de sus hijas se fuera, sin indicar hacia donde ni preocuparse en volver. De eso hace ya 5 años.
Partió una lejana mañana de Dijarukabanoko, comunidad warao del bajo Delta, como lo había hecho otras veces, sin dar a tiempo a pensar que extendería su ausencia.
Antes se había despedido con destino fijo, indicando donde iría, a ganarse el jornal en casas de familia, en estados vecinos al nuestro. En esta ocasión, no lo dijo.


Su familia la extraña, tiene 7 hermanos. El padre y la madre viven y son jóvenes aun. Y lo más importante, la añoran y esperan.
El Sr. Rodulfo ha prolongado su estadía en Tucupita, piensa que haciéndolo del conocimiento público, pudiera ubicarla. Seguro está en lo cierto, en su comunidad de origen no hay medios radioeléctricos ni digitales, como para que algo se sepa.

Que su sacrificio no sea en vano y retorne feliz con noticias, depende de nosotros. Si alguien conoce su paradero o tiene un hilo del cual halar para encontrarla, se agradece lo comunique. Habrá hecho una buena labor y Dios lo premiará.
También puede llamar al 0424-915.80.19 o escribir a este medio, podemos y queremos ayudar.