Robaba farolas al Libertador y le cayó el corcel plateado de Politucupita

Al farolero de la plaza Bolívar, le salió cana. Por fin, Politucupita pescó a uno de los causantes de su constante migraña, traducida en reclamos de la alcaldesa y la ciudadanía; a uno que escogió la casa del Libertador Simón Bolívar, como lugar preferido de sus fechorías.

La acción relampagueante de los municipales, que le montaban cacería hace días, a fin de evitar un nuevo jalón de oreja por descuidar el hogar del hombre más importante del siglo XX, lo condujo a metros de su lugar de faena, a la comandancia –también, como no- de calle Bolívar (plaza, calle y estatua honrando al fundador de varias Republicas).

Pobre de él, ya casi terminaba, cuando vio frustrada la tarea. Un corcel plateado distinto al caballo blanco del Padre de la Patria, se acercó rápidamente, bajaron de su cabalgadura dos oficiales y aprehendieron al autor del ultraje.

A Omar José Fernández Rodríguez de 38 años, la osadía le saldrá cara, será juzgado por haber hurtado un bien público, por profanar un espacio considerado sagrado y por causar tribulaciones a Politucupita, gendarme natural de la plaza central y céntrica de la ciudad.

El Com/J José De la Rosa, comandante de la agrupación policial, por fin podrá dormir tranquilo, uno de sus peores enemigos, aquel que lo sometió al escarnio público al sumarse a la ola de robos al lugar destinado a preservar la memoria histórica del Libertador de 5 naciones, se encuentra tras las rejas.

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