Regresó el hijo de Dios…

CPM

Regresó como Dios tronante, impostando, con ganas de hacerse de poder, sumergido en un halo de divinidad proveniente de su natural léxico, hijo de gato, donde convergen religión, política, economía, deporte y diversos análisis, separados sólo por la diástoles y sístoles del respiro necesario.

Con verbo directo, apuntando con mucho tino al adversario, sabiendo donde poner el dedo para remover la llaga.

Secundado por un comunicador que rememora los tiempos de Toro Sentao, por los tonos, giros idiomáticos y aspiraciones permanentes en la arena de la lucha política, nuestro «joven» fue al grano, sin rodeos, venía embuchado y soltó.

Habló de deportes, política y religión sin pestañear, el síndrome de stress traumático post electoral, donde confluyen el duelo, desinterés, irritabilidad, aislamiento,  principio de anorexia, insomnio, pesadillas, preocupaciones excesivas por la derrota no hicieron mella en el hermano, que lo es.

Fue verbo y acción, habló de su futura rival, si se unen será el próximo de la oposición; ya no habla de revolución, intuye que se acaba el socialismo del siglo 21.

Le dijo enterradora como un buen símil político a quien representa su piedra en el camino.

Preguntas sueltas:

¿Se está reeditando el 6 de Diciembre 2020?

¿Se reanima la política deltana?

¿No hay quien recoja los restos políticos dentro de la oposición de la cuarta?

¿Estamos a las puertas de otra derrota inminente?

 

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