Rael Sánchez nos llamó para desahogarse. Presume haber sido excluido de cierta y relevante encuesta digital, por obra y gracia de su archirrival opositor Juan Figuera.
Textual y literal dijo “sé que detrás de eso está Juan, es una muestra más de su temor a medirse. Para que lo sepa el pueblo deltano, yo sigo”.
El candidato de Fuerza Vecinal resistió de pie los últimos ventarrones en los cuales hubo la pretensión firme de socavarle, a través de negociaciones con organizaciones que lo apoyan, el piso político.
Secundado por varias tarjetas nacionales, insiste. Más ahora que podría existir la remota posibilidad de que Chugaby abandonara la pelea por la alcaldía capital.
Sánchez persiste en llevar sus pretensiones al límite donde la cuerda se romperá en su tramo más débil o hará total desbalance inclinándose a su favor.
A menos de dos meses del proceso electoral, con los lapsos vencidos para realizar sustituciones, únicamente queda la antesala del proceso electoral para retirarse, brindar apoyo a otro contendor e intentar quedarse con un trozo del pastel.
Empecinado como Uzcategui en Miranda, Rael sigue.
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