¿Quién los mató?

Los caños deltanos encierran muchos secretos. La intrincada red de humedales que los conforman, es un enmarañado laberinto difícil de penetrar.

La muerte de tres prófugos del centro de retención y resguardo judicial Guasina y una cuarta persona -hasta ahora desconocida- el pasado 2 de febrero, en un episodio de extrema violencia, permanece envuelta en un velo del misterio.

¿Quién los mató? ¿La ley, el pueblo, sus cómplices, los rivales? ¿Quién fue?

¿Fueron los agentes del orden público: GNB, Cicpc, Faes, Gaes, etc.?, quienes seguían sus pasos desde el momento de la evasión.

¿Fue una poblada, al estilo Fuenteovejuna?, luego que presuntamente intentaran tomar una comunidad de Tucupita fluvial, en procura de atrincherarse y abastecerse e incluso, según nos dijo una fuente, de acosar a sus mujeres.

¿Sería una división del grupo de prófugos, por discrepancias de última hora? Los 75 tripulantes de dos lanchas, víctimas de rapto, liberadas luego por una comisión mixta de la GNB y el Cicpc, afirmaron haber sido secuestradas por siete personas, de las cuales habrían huido tres. ¿Son los homicidas?

La hipótesis más creíble hasta el momento: ¿se trató de una banda rival, con mayor grado de organización, apoderada del territorio? Pocos años atrás, un GEDO (Grupo Estructurado de Delincuencia Organizada) conformado por cómplices de varios de los prófugos dominaba el sector fluvial, ejerciendo una especie de tiranía en la zona. Actuando en forma temible intentaron extender su dominio a municipios fronterizos de otro estado, hasta que los cuerpos de seguridad los golpearon rudamente neutralizando a su líder, a un número importante de integrantes y practicando numerosas detenciones. Aquellos que habían retrocedido, una vez despejada la ruta, previsiblemente se reorganizaron, fortalecieron y prepararon para hacer frente a cualquier amenaza de ese tenor que volviera a presentarse.

¿Se conjugaron varios factores? ¿Se combinaron una poblada con un sindicato que la protegió? ¿Se hicieron de la vista gorda las autoridades, para que la “supuesta justicia” fluyera en forma natural? ¿Fueron exagentes del orden público, en plan de justicieros?

En vista de los antecedentes de varios de los fallecidos y de la acción delictiva que ejecutaron al raptar 75 personas con destino a Trinidad y Tobago, quizá no haya mayor interés en investigar. El inefable tiempo será quien ofrezca la respuesta.

Un misterio más de los caños.

 

 

 

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