Le dijo tantas cosas, que quizá algunas se me hayan pasado por alto. Intentaré ser fiel a las palabras del espíritu que me abordó a la hora del sueño, contándome desde el mas allá lo que escuchó sin ser visto, mientras conversaban Yelitza y Diosdado.
Según el espíritu entrometido y curioso, y la verdad que nos reveló al momento de la siesta, Diosdi –diminutivo de Diosdado- le comentó: “soy el caudillo del Oriente, influyo en las decisiones sobre quienes gobernarán en Monagas, Sucre y Bolívar, y sigo sin tener suerte en Delta Amacuro”.
No se detuvo allí “envié a dirigentes pesados como Carreño, buscando que sirviera de punto de apoyo para la dirigencia que pretende destronar a la gobernante y terminó tomando distancia del asunto, alejándose del Estado; no quiso o no pudo cumplir la tarea encomendada, y eso que es de los más duros y aguerridos de mis combatientes”.
Entusiasmado prosiguió “eres mi dirigente más leal, la más cercana a mi persona, con la que he recorrido mayor trecho político, a la que siempre considero cuando debo buscar líderes de confianza y experiencia, que cumplan las misiones de mayor peso y relevancia, y no te dejaré morir”.
Yela escuchaba en silencio a sabiendas de que al hombre rudo de la Revolución no conviene interrumpirlo cuando, entusiasmado, desarrolla sus ideas “sé que lo que quieres es gobernar tu estado y mira que yo he hecho hasta lo imposible para que suceda, desde apoyarte consintiendo que invirtieras una cuantiosa parte de los recursos del erario público de Monagas, en ayudas médicas y sociales a tus paisanos, lo mismo que haces ahora desde esta nueva instancia, hasta visitarlo cada vez que puedo, sobre todo a la capital Tucupita, enarbolando la corriente a mi cargo, que tu representas tan dignamente”.
Consciente del impacto de sus palabras, dichas de corazón a la deltana, prosiguió “cuanta denuncia han elevado tus seguidores sobre presuntos hechos de corrupción la he tramitado, le he dado curso en el cenáculo donde se toman las decisiones cruciales de este país y en los órganos políticos, legislativos y contralores, sin alcanzar resultados. Los golpes bajos no han funcionado, además de que ella tiene en el presi un férreo defensor”.
Yelitza seguía sin oír lo que anhelaba escuchar y cada tanto respiraba profundo para sosegar los nervios “voy a seguir apoyándote en esa causa, pero debes ejecutar ciertas tareas, que son de suma importancia: 1) El partido parece un cascaron vacío en la ciudad capital, han acomodado un gran salón en la residencia de gobernadores y la casa “roja rojita” permanece desolada, por lo tanto debes recuperar la majestad de la sede principal abriéndola de par en par y recuperando los espacios que nuestra corriente ha perdido, reconquistando, por ejemplo, el buró, que hace tiempo entregamos. 2) Es importante que sigas penetrando las comunidades, retomando los espacios públicos, enamorando la base partidista, sembrando la idea de que se avecina un cambio en el Delta y tú lo encarnas, para que la dirigencia acuda en bandada a tus brazos. 3) Aprovecha la iniciativa de atrincherarnos para resistir está nueva avanzada de la contrarrevolución, unidos con la otra corriente, y por debajito lleva el mensaje de que llegó la hora del cambio y serás tú ni más ni menos la que vuelva, recuerda que siempre has tenido una gran aceptación en tu tierra. Por cierto, me dicen que estás trabajando de la mano con un viejo zorro de sienes blancas, aprovéchalo, más sabes el diablo por viejo que por diablo. 4) En cuanto hayas ejecutado esas tareas –recuerda que estaré haciéndote seguimiento- te diré cual es el nuevo paso a dar. No te desanimes Yela, vamos bien encaminados. 5) Por último, voy a decirte cual es la última carta que nos jugaremos y que devolverá a nuestras manos el Delta, escucha con atención…
Imbuido en el sueño, que parecía ser demasiado real, repentinamente mi pareja, totalmente ajena a la revelación de que era objeto, me pegó cuatro gritos despertándome, para decir que se había agotado el gas y la comida se quedó a medio cocinar.
Molesto le respondí que no tenía gasolina ni plata en el bolsillo para conseguir una bombonita, y que las mujeres jamás entenderían los asuntos de los hombres, empeñados en distraerlos con tareas domésticas, sin saber los asuntos cruciales que llevamos entre manos.
Vacié, a punto estuve de conocer la verdad y justo en ese distante me regresó a tierra, por mí que se quedaran a medio freír los plátanos…
Vamos a encontrarnos en Telegram https://t.me/Tanetanaedelta