Luego de forcejear con su pareja, presionándole el cuello con un tubo de metal, acudió a Politucupita, entregándose.
Minutos antes se había presentado la dama formulando la denuncia. Según explicó, por espacio de 10 minutos el enardecido sujeto se afincó sobre su garganta, con el riesgo de asfixiarla.
En medio de la lucha, logró zafarse dirigiéndose al comando del órgano de seguridad en la calle Bolívar de la capital deltana.
El hecho ocurrió este miércoles en horas de la mañana, en una humilde vivienda de la avenida Orinoco, frente a los townhouse.
El detonante habría sido el deseo de ella de separarse, manifestándole que se llevaría las hijas de ambos. Y. J. Medina Marcano de 41 años, no soportó la idea y optó por intimidarla para que no lo dejara.
A sabiendas de lo rigurosa que es la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una vida libre de Violencia, en un momento de lucidez el presunto agresor fue presuroso a comparecer, para atenuar los efectos del señalamiento en su contra.
Según la Com/J. Milagros Cequea, jefa del estamento policial, del amor al odio hay un paso, al revés también.