Por una carrera de 15 bolívares desde el paseo malecón Manamo hasta Boca de Cocuina, en Tucupita, estado Delta Amacuro, revolcó, mordió, le puso el ojo morado y casi liquida a taxista.
A este barbarazo tuvieron que quitarle al profesional del volante antes que lo hiciera papilla. Al rostro de la víctima parece que le hubiera pasado un camión de material ferroso por encima.
Según la prueba de alcoholemia clásica aplicada por los funcionarios del Servicio de Investigación Penal (SIP) de Polidelta, que consiste en oler el aliento a la distancia de una cuarta, el agresor presenta elevados índices de ron barato, maluco, piche y hediondo, prueba inequívoca de que había ingerido licor en exceso.
Todavía “engorilao” fue llevado a la comandancia central de Polidelta, en calle Amacuro, donde gobierna el “sagaz” London, siendo recluido de inmediato para bajarle los decibeles, el ardor, la furia, y por supuesto, la temperatura.
A José Del Carmen (51), que es como se llama, ya “refrigerado”, se le ocurrió decir que el taxista se había caído “dándose de bruces con la acera”, cuento que ni el mismo se creyó.
Luego dijo que es dirigente opositor y le pareció ver en el taxista de 61 años, un alto jefazo del gremio de transportistas públicos chavistas, algo que no se cala más.
Por último, en espera de su abogado y la dirigencia de la plataforma unitaria democrática, afirmó que no pueden tolerarse los abusos, vengan de donde vengan.
El hecho, que ocurrió este lunes sobre las 4:30 pm, pinta feo para este Robin Hood de las causas perdidas. La Fiscalía primera instruye el caso y los tribunales se frotan las manos en la dulce espera.