Una de las víctimas de las estafas ocurridas en Tucupita, Delta Amacuro, reveló en declaraciones a Tane tanae su temor luego de experimentar un hecho de esta magnitud.
Ella no quiso que su nombre fuera expuesto a la opinión pública, pero amablemente ofreció parte de su testimonio y animar a las otras víctimas a denunciar este tipo de delitos.
“Nos están estafando a las personas de la tercera edad, eso no es justo (…) y sí, por supuesto, hubo miedo, me siento agredida, me siento mal”, dijo.
Ella es docente y cuenta que el sábado 11 de febrero estando con su esposo, también de avanzada edad, se topó con alias “el blanquilla” o conocido también como “el tarjetero” en un comercio del centro de Tucupita. Allí él la convence de venderle “un combo” a un precio económico. Por suerte, la escena quedó grabada por las cámaras de seguridad.
¿Cómo la convenció?
De acuerdo con las declaraciones de la deltana, el ahora detenido se presentó como trabajador de una ONG, además con un cuento de que debía conocerlo porque supuestamente ella conocía a su mamá, “la que vendía empanadas casi frente al circuito”. Le habría dicho que necesitaba vender ese “combo” porque quería dinero para viajar a los caños llevando una carga de la supuesta organización.
“Me dijo que quería dinero para comprar pan y queso porque tenía que viajar, y yo me compadecí porque uno es madre y más la situación del país, quise ayudarlo”.
Ella de momento confía en él y lo sigue.
La educadora confesó haberlo montado en su carro para ir al lugar donde supuestamente debía ser el pago y la entrega. Recorrieron la calle Dalla Costa y justo por el edificio San Rafael, él le pide su tarjeta y sus documentos bancarios para pagarlo en “una de las oficinas” de esa infraestructura, ella aún con dudas cedió y se estacionó a esperarlo.
En esa primera parada regresó. Subió al auto y ahora le pide a la señora conducir a El Guamo, cerca del mercado municipal de Tucupita, donde le haría la entrega del “combo”. Lo extraño, cuenta la señora, que en ese momento todavía no le había regresado sus documentos. De camino ella se encomendó a Dios porque veía venir lo peor. Él le decía, “señora, no se preocupe, confía en mí”.
Ya estando en el lugar mencionado, él le dijo a la señora que aguardara en el carro porque iba a buscar “su combo”, de paso le pidió una bolsa. Ella siempre mantuvo ese “miedito”, no le creía del todo y solo esperaba estar equivocada por los pensamientos negativos.
Él salió del carro y se fue. Allí estuvieron esperándolo por varios minutos. El supuesto trabajador de la ONG no regresó más. Finalmente entendieron que todo se trató de una estafa.
“Nos estafaron, nos estafaron decía yo”.
Este jueves por la mañana luego de que capturaran a D. Rondón por este delito, la docente se presentó para continuar con los procedimientos legales. Dijo haber confrontado al sospechoso.
“Le dije, ¿mírame la cara, te acuerdas de mí? y él nunca subió la cabeza”.
Ella anima a denunciar
Por último, anima e invita a las otras personas víctimas de estafas, acudir a Politucupita para ofrecer sus declaraciones y contribuir a los procedimientos.
Lamenta tener que haber vivido en carne propia un acto malévolo como este y no cree que pueda confiar en alguien más si se le acercara con estos “cuentos”.
“No. Yo no caigo más, ya no voy a creer más”.
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