Pompilio Monroy fue un gran pensador

Pompilio Monroy pensaba, y mucho. En demasía.

El 21 de septiembre del 2021, con motivo de las megaelecciones del 21 de noviembre escribía:

1: El «pastor evangélico» obtendrá más votos que sus adversarios, también «opositores», si llegaren a sumarse los sufragios, pero no ganará la Alcaldía. 2: Los ganadores serán los que encabezan la lista a Diputados y Concejales, no porque obtendrán muchos votos, sino porque la abstención los favorecerá en la representación proporcional de las minorías.

El 28 de marzo del mismo año, manifestaba:

Volviendo a mis críticas, la deducción es evidente: el gobierno debería agradecer las críticas opositoras que le hace mucha gente, y aprovecharlas de manera inteligente, puesto que con ellas se aportan soluciones realmente.

En momentos de inspiración, también era poeta:

Quisiera tener este día, esta noche a mi lado, una mujer amable, sutil y comprensiva, que entienda mis escritos, y delicioso néctar en ánfora divina, para embriagarnos de palabras y excesos. Después de oír mis confidencias, que hable de sus fantasmas, espíritus que pueblan el alma peregrina.

Sin menoscabo de los giros disimiles de su prosa figurativa:

Soy un miliciano especial operativo de la Quinta Dimensión Intergaláctica Sideral. Vengo de muy lejos en el tiempo cronológico. Emergí de profundidades oceánicas, cabalgué sobre cumbres borrascosas, dominé tormentas eléctricas cuyos relámpagos cegadores de la visión ordinaria encerré en una tapara, para que los indios creyeran que ahí estaban la luz y el fuego. Advine, pues, al tiempo histórico actual para cumplir y hacer cumplir por cualquier medio –el medio y el miedo justifican el fin- la orden de la Jerarquía Suprema.

El pasado 10 de febrero, en horas de la mañana, una triste noticia nos sorprendió, el profesor universitario, el librepensador, el activista político, el hombre de la lucidez prístina, había fallecido.

Al parecer, el Covid le negó la visa para el sueño que tanto anhelaba en la forma de un cambio político para su país.

De extrema suavidad, respetuosas maneras, porte distinguido y disimulada sapiencia, fue protagonista de primera línea durante las últimas cuatro décadas. Podía no aparecer, disfrazarse de invisibilidad y sin embargo, estaba inexorablemente presente en el ideario político deltano a través de sus opiniones, sugerencias e ideas.

Al historiador de la ULA, padre de una distinguida familia y conversador de fuste, debió resultarle una bagatela morir, hace mucho había trascendido mediante su simiente, alumnado, disertaciones, aforismos y moralejas.

Una revisión en el buscador de Tane tanae arroja 42 resultados tan solo en estos dos últimos años, como muestra de su producción intelectual e inquietud de pensamiento.

Extrañaremos verlo entrar en la sala de redacción, augusto y comedido, a facilitarnos el pendrive con su última entrega, partiendo rápidamente ante la supuesta espera de algún ser querido. Así fue siempre,

El lapso del mandato que debo cumplir y hacer cumplir como sea, está próximo a vencer inexorablemente.

El lapso se venció y su prosa exquisita se fue envuelta en polvo de la Quinta Dimensión Intergaláctica Sideral.

Hasta siempre Profesor.

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