EL FIN DE LA HIPERINFLACION.
Para el 2021, el gobierno nacional, comienza a ver los frutos de las medidas que en materia económica se tomaron, desde el 2018 y 2019, para frenar la hiperinflación.
El punto central fue la utilización del sistema bancario, como instrumento de la política monetaria y el tipo de cambio, como la variable a controlar, para corregir la tasa de inflación. De esta manera, se restringió el incremento de la oferta de dinero, para generar una reducción del flujo de dinero que circula en la economía, como instrumento para frenar la demanda en el mercado de divisa, lo que se consiguió, a través de:
- La reducción del gasto público, los incrementos en la recaudación fiscal y la intervención del mercado financiero.
- Se redujo el financiamiento bancario y del crédito a través del incremento del encaje legal a 73% de los depósitos, lo que originó la paralización de la intermediación bancaria y la creación de dinero y así de esta manera, lograron ponerle un freno a la hiperinflación y reducirla mensualmente.
Estas medidas se tomaron a expensas de un alto costo social, que afecto a los sueldos y salarios de los trabajadores de la administración pública, por cuanto la disminución del gasto del estado y el deterioro de los salarios, traslado a los trabajadores del sector público, hacia actividades privadas o incluso a la emigración, mientras que el aumento del encaje legal y la restricción de la oferta monetaria, destruyo el negocio del crédito bancario, como la principal fuente de ingreso de la banca y del financiamiento al sector empresarial, como lo señalara; Tamara Herrera, en el Foro: “Financiamiento en Venezuela”.
Algunos economistas, como es el caso de. Omar Zambrano, jefe de la consultora: Aniva Policy Research, afirma que: Utilizar el tipo de cambio, para controlar la inflación es muy riesgoso, sobre todo cuando el país tiene dificultades para generar ingresos en divisa, sin tener acceso a mercados internacionales y PDVSA, limitada para generar dólares. El banco central, se aferró a inyectar miles de millones de dólares, para sostener un control de cambio que era insostenible en el tiempo, lo que provoco estancamiento en otros sectores, que pudieron reactivarse.
Después de siete años de contracción económica, que incremento cifra record los niveles de pobreza y un proceso hiperinflacionario de 44 meses; Venezuela según los analistas del gobierno, vuelve a tener crecimiento en 2022, pero no en los niveles esperados. Para otros, 2022 arranco con grandes expectativas de posible recuperación, por cuanto se llegó a la eliminación de la hiperinflación. Según algunas agencias especializadas en el área económica, como los estudios realizados por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), las Consultoras privadas como: Ecoanalitica, Econometrica, el Observatorio Venezolano de Finanzas, así como el economista José Guerra, ex director del BCV, coinciden que Venezuela tuvo crecimiento económico para 2022, de acuerdo a José Guerra; la economía creció 15.9% en el I trimestre del 2022, 14.9% el II trimestre y 9.8% en el III trimestre. De la hiperinflación, se pasó a la alta inflación, que desde Junio del 2022, comenzó a aumentar nuevamente.
Con respecto a la política cambiaria, el gobierno ha insistido en la estabilización del tipo de cambio, para que sirva de anclaje a la economía. Esta política, se ha venido agotando, porque no logra bajar el tipo de cambio, ni la inflación al ritmo deseado, pero el sacrificio de reservas es muy grande. Para Noviembre del 2022, la inflación anual se estimó en 173%, y la depreciación entre octubre 2021 y octubre 2022, fue de 97%, lo que ha hecho, que la tasa a la que crece la inflación es mayor a la que crece el tipo de cambio, provocando un diferencial de apreciación cambiaria, donde el bolívar está sobrevaluado, lo que origina que los productos importados sean más baratos y Nada de lo que produce Venezuela, sea competitivo, con este tipo de cambio.
En cuanto a la tasa de inflación estimada para el cierre de 2022; la OVF, proyecta una inflación para el mes de diciembre de 37.2% y 305.7% de inflación anualizada, para Ecoanalitica, según Asdrúbal Olivero, la inflación anual será de 200% , con respecto a ello ,la UCAB, proyecta una inflación anual de 125% y de acuerdo a los datos de José Guerra , el país tendrá para el cierre de 2022, una inflación de 225%, lo que indica que el panorama de la inflación para el cierre del 2022, se mantendrá elevada en una tasa anualizada entre 200% y 305.7%, lo que se estima que para el 2023, según estas proyecciones la inflación se estipula en 150% anual. El gobierno nacional, ha manifestado que el crecimiento que experimento la economía, durante el 2022, se ha desacelerado en los últimos meses del 2022, por lo que los expertos, indican que debido a los valores que han tomados los indicadores económicos para finales del 2022, se corre el riesgo de volver a la hiperinflación, de la que salió Venezuela en 2021, luego de 4 años.
Para muchos Venezuela no creció en 2022, sino, que está recuperando, los puntos que perdió del 75% de contracción y decrecimiento durante los 4 años.
El valor de las variables macroeconómicas, tales como; la contracción del consumo, la paralización de la inversión y del crédito bancario, el aumento del encaje legal, que deja a la banca, limitada para financiar la economía, la devaluación acentuada del bolívar y la pulverización del poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores de la administración pública, dan indicios de que este crecimiento no es real, sino aparente y nominal, por cuanto, no es producto de la capacidad del aparato productivo de la economía, para generar su propia producción de bienes y servicios y su propio crecimiento, sino, del incremento de las importaciones, que aumentaron las actividades del sector terciario de la economía, por efecto de la sobrevaluación, que permitió, comprar bienes y servicio más baratos en el exterior que producirlo en el país, lo que hace ver, que hay un fuerte movimiento de mercancía, circulando en la economía, producto de la actividad del sector terciario, mientras que el sector primario y manufacturero, sigue estancado, produciendo al mínimo de su capacidad instalada.
En relación a los datos que maneja el BCV, entre Julio y Septiembre del 2022, la economía creció, un 13.22%. Mientras tanto, el precio del dólar oficial, durante los últimos dos meses del año 2022, tuvo un alza de 92.7%, al pasar de 8.59 BS/$ A 16.56 Bs/$. A comienzo de 2023, el bolívar inicia con una devaluación del 73% frente al dólar; el precio de la divisa oficial, cerro la primera jornada del 2023, en 17.55 Bs/$, lo que significa un incremento del 283% con respecto al tipo de cambio de hace un año, enero de 2022, cuando era de 4.58 Bs/$, además el bolívar registro en diciembre, la mayor tasa de devaluación del 2022, al caer 35% frente al dólar, cuya cotización subió de 11.25 Bs/$ a 17.48 Bs/$, un alza de 55%, según el BCV. Esto está afectando, principalmente a los trabajadores del sector público, cuyo salario mínimo cayó a 7.40$, es decir 0,25$ diario, cuando era equivalente a 29,68$ mensual en marzo del 2022, cuando el dólar se cotizaba a 4.38 Bs/$.
Estos valores de las remuneraciones laborales, representan un salario de hambre para los : maestros, médicos, enfermeras, bomberos, empleados y obreros del sector público, lo que aumenta los niveles de pobreza, desmejorando la calidad de vida de la población y aumentando el costo de la vida, sumado a esto, los estudios de la UCAB en materia de mercado laboral, destacan que el 80% de la fuerza laboral, está en la informalidad, frente a 20% de empleos formales, mientras que los estudios del economista Domingo Sifonte; muestran que el 91% de los hogares venezolanos, viven por debajo de la línea de pobreza y 68% de los hogares, viven por debajo de la línea de pobreza extrema. Estos estudios demuestran que el salario del venezolano esta pulverizado y se acerca rápidamente a 6$/mensual, por cuanto el salario mínimo, retrocedió mas de 300% en divisa, desde su último aumento. El ingreso mínimo mensual de un trabajador en la actualidad, se ubica en 130 Bs/mensual, que actualmente es de 7.24$/mensual, según el tipo de cambio oficial, lo que ha ido en retroceso, en medio de una inflación galopante y una devaluación del bolívar del 73%.
Las perspectivas de crecimiento de Venezuela, para 2023, presenta series factores limitantes, dentro de los cuales se encuentra:
- Un aumento de la producción petrolera, que le permita cuantiosas cantidades de ingreso, para aumentar el tamaño de la economía.
- Acelerada devaluación del bolívar, frente al dólar.
- Aumento acelerado de la inflación.
- Contracción del consumo nacional.
- Escasez de combustible y gasolina y restricción de energía eléctrica.
- Fuga de capital humano.
- Falta de financiamiento del sector privado.
- Restricción del crédito bancario.
- Aumento del encaje legal a 73%.
- Las sanciones financieras y el impedimento al crédito internacional.
- Déficit en el flujo de caja.
- Implementación y aplicación del impuesto a las grandes transacciones financieras.
- La inestabilidad cambiaria y las contantes devaluaciones del bolívar.
- Incrementos de precio de los servicios públicos.
- Bajo nivel de actividad petrolera.
- Bajo nivel de las reservas internacionales.
- Aumento del nivel de pobreza.
- Inestabilidad política e institucional.
- Incapacidad del sector privado para ser competitivo.
Estos factores limitantes, hacen vislumbrar, que el proceso de recuperación de la economía venezolana, para 2023, va a depender de la capacidad y habilidad del gobierno nacional, para manejarse en un escenario de negociaciones, para lograr acuerdos, que le permitan la flexibilización de las sanciones y otorguen nuevas licencias a las transnacionales petroleras, para que operen nuevamente en Venezuela y puedan recuperar los volúmenes de producción de crudos que permitan lograr metas de 1.5 millones de barriles diarios, en un corto y mediano plazo y aprovechando los altos precio del petróleo en el mercado internacional, generar los ingresos necesario y sufrientes para hacer los cambio y las inversiones que amerita nuestra industria petrolera, para estabilizar y recuperar nuestra economía, lo que llama a un cambio de actitud en el manejo de la industria petrolera y de las relaciones económicas con los agentes internos y el resto del mundo
En cuanto al potencial económicos del estado. Venezuela tiene la disponibilidad de recursos naturales suficientes en las áreas: agrícolas, ganadera, pesquera, petrolera, minera, gasífera, metalúrgica, energética y el conocimiento científico en capital humano necesario, para producir los cambios necesarios que se requieren, para su crecimiento y desarrollo, lo que amerita de un gobierno que ponga orden en la institucionalidad y en la constitucionalidad y respete el estado de derecho, para que con responsabilidad, seriedad y transparencia asigne a los profesionales especialista en cada área donde el gobierno tenga su competencia, sobre todo en el área económica, que actúen con eficacia y eficiencia en el manejo de las políticas económicas y sociales que se deben implementar y tomen las decisiones más adecuadas y ajustadas, para lograr los objetivos de un verdadero crecimiento del PIB real constante y sostenido en el tiempo, que produzca los cambios cuantitativos y cualitativos que evidencien el proceso de desarrollo de nuestro país. Cambios sustantivos, en las técnicas, en los métodos, en las instituciones y en todos los sectores de la sociedad.
Econ. Ermilo Diaz
Profesor del UTD. Francisco Tamayo; Delta Amacuro
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