El artículo a continuación se publica tal como llegó a este medio de comunicación
I parte
Sic.
En el contexto mundial, los países realizan sus actividades económicas, a través de dos mercados fundamentales; la producción y comercialización de bienes y servicios, así como materia prima, insumos equipos, maquinarias y tecnología de punta, que representan el intercambio de mercancía, registrados en sus balanzas de pagos como exportaciones e importaciones. La otra vía, lo representan; los mercados financieros internacionales, donde se realizan transacciones, que hacen posible el funcionamiento de la comercialización y el intercambio. Al respecto cada país evalúa su situación interna y el entorno, para tomar decisiones estratégicas de políticas económicas acertadas que conduzcan a su proceso de crecimiento y desarrollo y al bienestar de sus sociedades. En base a ello, realizan alianzas estratégicas, convenios de cooperación e integración económicas, en la búsqueda de intereses comunes que fortalezcan y beneficien a sus economías, de allí que acuerdan relaciones bilaterales, multilaterales y conforman bloques regionales, para defender sus intereses políticos y económicos en el escenario mundial.
Este tipo de relaciones entre países, dio como resultado, la globalización de la economía en el ámbito internacional, donde existe una relación de interdependencia entre las grandes potencias, países desarrollados, en vías de desarrollo y economías emergentes en las áreas económicas, geopolíticas, tecnológicas, financieras, informáticas, internet, que hace posibles que las compras y ventas de producto, así como los pagos, se realicen en forma instantáneas y bajo sistemas electrónicos y digitales que no ameritan la movilización de dinero en efectivo.
En torno a lo cercano de esas relaciones y los bloques de poder que se han creado, son tan estrechas, que los auges o recesiones que experimentan las principales economías del mundo hoy, como; EEUU, la UE, RUSIA, CHINA, JAPON, CANADA entre otros, afectan automáticamente a los demás países y a las economías emergentes, con los cuales tienen relaciones comerciales.
A finales del año 2019, el mundo fue estremecido por una de las pandemias más terroríficas de la historia universal, el COVID19, que se caracterizó por una enfermedad contagiosa respiratoria, que causa la muerte inmediatamente a quien es contagiado y que se propago por todo el mundo, comenzando principalmente por los países industrializados, que de acuerdo a las cifras que llevaba la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS) recibida de cada país, registra un total hasta el momento de 6.600.000 muertes, pero la OMS, estima por el retardo de la información, que las cifras reales están en el orden de más de 14 millones de fallecidos por esta enfermedad en todo el mundo y el triple de contagiados. Esta situación obligó al mundo a una cuarentena involuntaria y a un aislamiento, para la prevención de la salud, lo que paralizo a la economía mundial; las fuerzas productivas y los agentes económicos de cada país, paralizaron todas sus actividades económicas, como medida de prevención, para evitar el contagio. La pandemia se acentuó con fuerza durante dos años; 2020 y 2021, lo que provoco fuertes recesiones y estancamientos en las economías industrializadas y golpeo con mayor fuerza a los países en vías de desarrollo y economías emergentes, así como las economías de América Latina y el Caribe que, que actualmente, están pasando por situaciones de crisis.
Continuará…
Vamos a encontrarnos en Telegram https://t.me/Tanetanaedelta