El señor Gregorio García, padre de Irma García, entiende que ser el cuidador de sus siete nietos –ahora huérfanos– es bastante complicado en un país en crisis.
El nativo de Santo Domingo, Pedernales, apenas vivía de su trabajo en la pequeña localidad del extremo norte de Delta Amacuro.
El único motivo que lo condujo a la ciudad capital, fue el desenlace fatal de una de sus hijas. Tenía que despedirse de Irma, o al menos, de su cuerpo.
La vida del abuelo de 68 años de edad, tuvo un giro inesperado, ahora tiene que velar por el cuidado de los pequeños, quienes han perdido el acobijo de su mamá, asesinada por personas hasta ahora sin identificar oficialmente.
El adulto apenas se levanta de ese dolor único en la vida, y puede ver a su lado, a su esposa Angelita Mota y sus siete nietos, a quienes desea depararles un futuro mejor.
No obstante, en conversación con Tanetanae.com, explicó que necesita de la colaboración de las instituciones gubernamentales. Solicitó apoyo en cuanto a la comida y ropa para los niños.
Además, pide a la gobernadora de Delta Amacuro, Lizeta Hernández, le habilite una de tantas viviendas deshabitadas en Ciudad Bendita, comunidad donde actualmente está refugiado en casa de algunos de sus parientes.
Asegura que ya no irá a Pedernales, quiere pasar los días junto a sus nietos en Ciudad Bendita, pero en una casa propia donde pueda educarlos y brindarles una vida digna.
Por último, exigió justicia para Irma, que los responsables sean capturados tan pronto sea posible. Expresa que personas con esa maldad no pueden andar libremente por las calles de Tucupita.
Hasta la presente fecha se desconoce oficialmente sobre cómo avanza las investigaciones en torno al asesinato de Irma García, ocurrido la madrugada del domingo 6 de febrero.