Osorio “el amable” yace en fosa común en República Dominicana

El Dr. Carlos Osorio fue un hombre amable. Con amigos y enemigos como todos, quienes lo quisieron dieron una paliza en volumen y cantidad a los pocos que lo adversaron.  

Amó la vida en todas sus manifestaciones y la vida lo amó a él.

Vivió a todo pulmón hasta sus últimos minutos y la máquina, sobre acelerada, reclamó paz y descanso eternos. Por suerte, los años transcurridos desde el momento del nacimiento hasta el definitivo crepúsculo, alcanzaron para que fuera médico, director de salud, director del servicio forense, gozara del aprecio generalizado, se sintiera inmensamente querido por familiares y allegados, y abordara el último tren ejerciendo como buen médico internista que era en República Dominicana.

Los que quedaron en el Delta, quisieran verlo regresar y tenerlo cerca, en un lugar en el que puedan rendirle tributo y encenderle los cirios que en otra tierra no le encenderán.

Osorio “el amable” cometió apenas una pequeña travesura, fallecer lejos de su patria, aunque de seguro ni el mismo lo habría querido ni pensado.

Hoy yace en fosa común esperando regresar. Dios quiera se haga el milagro.  

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