Nuevo muro en el Delta, otro ecocidio que no debe ocurrir

Prof. M.Sc. José Daniel Fuentes

En Venezuela ha habido un sin número de atentados a nuestra naturaleza impulsados por la codicia de pocos en detrimentos de muchos y con ayuda cómplice de los encargados de resguardarla, rompiendo así sus juramentos de protegerlos, enmarcados en la constitución y demás leyes, pero ¿por qué pasa esto?, por la razón que mueve al mundo, EL DINERO, y con tal  de lograrlo se llevan a quien sea o lo que sea por medio, así tenemos muchos ecocidios en nuestra querida Venezuela en el transcurso de muchos años y muchos gobiernos de turno.

Los que vivimos aquí en nuestro estado Delta Amacuro, podemos decir que ninguno se había acercado al del Cierre del Caño Manamo en 1965, considerado a nivel mundial como uno de los peores errores en contra del ambiente del mundo, (sólo superado por el arco minero, que mucho se ha denunciado, pero siguen prevaleciendo los interés monetarios) donde hubieron falsas promesas, muertes incontables y pérdidas irreparables, que los gobiernos sucesivos nunca tuvieron interés en investigar y clarificar, sino que han mantenido un silencio cómplice, donde se tomó en cuenta más los daños materiales al suelo, al ambiente y animales, que una investigación veraz basado en hechos científicos de la gran cantidad de vidas de personas, sobre todo indígenas que cobro este Mega Ecocidio.

Ya es una historia trillada y muy conocida por muchos, pero ¿sabían ustedes, que ese cierre, era sólo la punta del iceberg?, sorprendentemente en investigaciones realizadas sobre este tema escabroso, el plan para el Territorio Federal Delta Amacuro, era un monstruoso proyecto, el cual gracias a Dios no siguió, ya que las consecuencias negativas hubiesen sido inconmensurables, peor de las ya vividas.

Tenían planeado, nada más y nada menos que construir un segundo sistema de contención o mal llamado “muro”, así como lo leen y se puede observar en la imagen del artículo, obtenida de documentos oficiales pertenecientes a la CVG (ahora de dominio público), ésta monstruosidad de segundo “muro”, se iniciaría justo al frente de la culminación del primero denominado Sistema de Contención Los Guires, hacia los lados de Boca de Macareo, que es donde termina, y empezaría específicamente en la isla del frente, donde aún existen pilotines conocidos por esa comunidad que quedaron como evidencia de esta tentativa de prosecución, con lo cual se pretendía construir algún tipo de dique o sistema de represa en este sector para simplemente subir su caudal aún más, para que los grandes barcos con mineral tuvieran mayor capacidad de carga durante todo el año.

En una segunda fase, se represaría también el caño Macareo y posteriormente se prolongarían los diques por la margen izquierda del Río Grande, para liberar de las inundaciones la cuña de tierra comprendida entre ambos, quedando así resguardada la casi totalidad de las tierras del Delta, unos 2.000.000 de hectáreas. (CVG 1965a:VI-1,VI-30).

El mismo sistema de contención (muro), protegería lo que denominaron la 2da ETAPA DE RECUPERACIÓN, (hasta hipócrita y ofensiva es éste nombre), el mismo atravesaría a grandes rasgos, el caño Araguaito, el caño Araguao e iría hacia el  noreste, paralelo al caño Sacupana, hasta su desembocadura (nótese la línea de puntos, como dique proyectado). Se estaba hablando de una inversión extraordinaria y un daño ecológico, aún mayor de lo que fue la denominada 1er ETAPA DE RECUPERACIÓN, la cual todos conocemos y vivimos las consecuencias.

Mapa Original del Proyecto de la CVG. Fuente CVG 1965a:VI-1,VI-30

Esta monstruosidad tendría aproximadamente, 250 km de recorrido sinuoso y zigzagueante a su paso, se llevaría por delante caseríos indígenas y criollos, sin número de pequeños cuerpos de agua y de cañitos, una interferencia total a los ecosistemas multiplicado al doble de la primera etapa, se manejaría una cantidad de tierras y escombros impresionantes en función de crear los rellenos hidráulicos, a la vez que se llegaron a crear islas artificiales en diferentes partes del trayecto, para minimizar los caudales en esas zonas y así lograr la 2da etapa.

Es ominosa e increíble la avaricia del ser humano, ¿por qué habremos nacido con ese gen de la autodestrucción? y con ello acabar con todo lo que nos rodea, hay personas que no les importa nada, sólo sus bienes materiales, (que al final no se lo llevan), no les importa las inmensas cicatrices hechas a nuestro amado planeta y a los demás seres humanos. Esto para algunos, son cicatrices necesarias para poder “progresar”, para otros son cicatrices innecesarias y además dolorosas para quienes las viven de primera mano.

Si hoy día estamos temiendo lo peor por causa del deterioro y falta de mantenimiento de nuestro “pequeño” sistema de contención de 172 Km aproximadamente, imaginémonos, sí se hubiese construido el segundo sistema (muro). Por lo menos alguien se dio cuenta y freno esta locura SÚPER ECOCIDA en nuestras tierras.

Pero no bajemos la guardia, todavía tenemos que llamar a conciencia a las autoridades, para que nos “PREOCUPEMOS Y OCUPEMOS”, de nuestro sistema de contención cansado, obsoleto y mal mantenido. Señores autoridades, llamemos a una concertación y unificación de criterios sobre este tema, que es de VIDA O MUERTE para nuestro pueblo y por ende un peligro latente y real para la vida de todos nosotros. Dios nos dio otra oportunidad, no la desaprovechemos. Sigamos aprendiendo de lo nuestro.

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