El gocho más simpático de Tucupita, nunca dejó de reír.
Simpático en su caso, para aclarar, no se traduce en apuesto o galán, hace referencia a un alma transparente con la sonrisa a flor de piel, dibujada siempre en el rostro.
Su vida fue una fiesta, exhibiendo constantemente su mejor cara a pesar de las circunstancias.
Camarógrafo de vocación, amante de la radio por responsabilidad, talento y oficio, gozó de la confianza de quienes le brindaron la oportunidad y del afecto de los que estuvieron a su cargo.
Sembrado en Tucupita, no quiso regresar a su Táchira natal, esperando ser trasplantado en cuerpo y substancia a esta tierra.
Dios cumplió su deseo y ya está a la vera del Señor.
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