Ni en pintura aparece militar que montó guardia la noche que mataron a la «dama de los cabellos bellos»

Los pesquisas del CICPC e incluso los fiscales del Ministerio Público, siguen una línea de investigación claramente definida. Con base en los testimonios de los familiares, investigan a los militares que estaban de guardia la última noche que fuera vista con vida la indígena warao de 18 años Luciana Moreno Morillo.

Extraoficialmente, se pudo conocer que uno de los GNB está siendo solicitado con fines investigativos para ofrecer voluntaria y gentilmente su declaración y no logran ubicarlo, se desconoce su paradero.

“La dama de los cabellos bellos” como la bautizara un funcionario policial, al reparar en ese llamativo detalle cuando su cuerpo fuera recuperado del caño que bordea la comunidad de Guasina, prefirió quedarse a la medianoche en compañía de un hombre de verde, antes que seguir con sus padres y hermano rumbo a la casa familiar en una finca al final del tramo carretero, que recorre el largo trecho de los Cañitos de Guasina.

Cabe destacar que los cuatro integrantes del núcleo familiar fueron, comenzando la tarde del día sábado, a compartir en el paseo malecón Manamo, de donde regresaron varias horas después luego de haber consumido moderadamente alcohol y es cuando Luciana decide quedarse en compañía de los militares, a los que presuntamente conocía.

Al día siguiente, al ver que no llegaba, el padre y la madre se acercaron al punto de control preguntando por ella, y los funcionarios a cargo les comentaron que pertenecían a un nuevo turno y no tenían conocimiento de la presencia en el lugar de la joven moderadamente tomada, ni habían escuchado comentario alguno de sus compañeros.

Luego, una consulta a un brujo del sector les hizo pensar que estaba viva en la comunidad El Moriche, en compañía de unos amigos y pronto regresaría, algo que por desgracia nunca ocurrió.

De extrema humildad y sencillez, no se atreverían a acusar a nadie en particular, sin embargo, sus testimonios son coincidentes, los tres afirman lo mismo dando Fe de que Luciana decidió quedarse en compañía de los militares, suponiendo que no corría peligro.

Sin ánimo alguno de inculpar, menos de interferir en una investigación de ese calibre, apelamos a que se descarte la persona que no ha podido ser contactada en el entendido de que pudo haber viajado de urgencia y estar fuera de la zona, o verse afectada por las dificultades para establecer contacto telefónico y en cualquier momento aparecerá aclarando aquello que sea menester decir. De lo contrario, que asuma la responsabilidad y pague por su desatino.

 

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