El señor Nemesio Moranti había hecho todas las diligencias posibles ante las instancias correspondientes para evitar que un árbol cayera sobre la carretera o su casa en el sector de Santa Cruz, Tucupita.
El martes por la noche fue notificado de que la mata se cayó encima de su casa, la misma a la que se mudaría en una semana y por eso la estaba acondicionando, pero por fortuna, decidió no habitarla aún. Ese día durmió en la casa de su mamá.
Una semana después de que se cayera un árbol en la plaza Bolívar de Tucupita, Nemesio Moranti decidió advertir que frente a su casa una mata presentaba riesgo de desplome. Acudió a las instancias como los bomberos y a las oficinas del Ministerio para el Ecosocialismo, tanto regional como municipal.
Desde estas instituciones le dijeron primero que estaban evaluando las condiciones fisiotécnicas de varios árboles y que irían a verificar su estado, no obstante, no ocurrió así. Varias semanas después Nemesio Moranti regresó a estas instancias para insistir, esa vez lamentaron en cambio no tener motosierras.
Moranti, sin rendirse, gestionó por su parte una sierra, pero desde las instituciones encargadas del tema de ambiente se demoraron en otorgarle los permisos para hacer los cortes necesarios.
Finalmente, la noche del martes 8 de octubre la mata cedió sobre su casa, dejándola parcialmente resquebrajada. Ahora deberá gastar más para poder mudarse.
