Aquiles José Amares Pugarita
ajamares.inv.utdft2020@gmail.com
Profuso esfuerzo en la construcción de una teoría que da cuenta de los padeceres sufridos históricamente por contingentes mayoritarios de seres humanos del planeta entero, ha sido el empeño de no pocos pensadores, en esta esquina del continente mestizo, indio y afrodescendiente. La lista se alarga en la medida que se suman compatriotas de Latinoamérica y el Caribe (LAC), a estos esfuerzos por legitimar las más caras aspiraciones, derechos, pero también deberes con la justicia social en deudas centenarias. Esfuerzos que permitan desenmascarar y acabar con la ceguera que impide visualizar los hilos conductores de una dominación hegemónica que se sustenta en la ignorancia y la colonialidad sembrada a sangre y fuego por la invasión europea del siglo XV y reforzada por la neocolonización imperial estadounidense y sus aliados en tiempos contemporáneos. Planteamientos teóricos elaborados por Aníbal Quijano, Ngugiwa Thiongo, Enrique Dussel, Ramón Grosfoguel, Catherine Walsh, entre otras y otros, dieron cuerpo a los planteamientos con prendimiento inicial desde mediados del siglo pasado por los vecinos caribeños Frantz Fannon y Aimé Césaire, que han permitido desbaratar la pesada cortina ideológica y real de dominación sobre los pueblos del mundo. Por ello la triada, Descolonización del Poder, del conocimiento y fundamentalmente del Ser, han contado con el respaldo de los esfuerzos desde la academia, la militancia social y política para la elaboración de teorías que han enfrentado en el terreno ideológico dominante y la consecuente conciencia de la clase trabajadora, a un enemigo poderoso, disuasivo, evasivo, mimético, además de inmoral, hipócrita y definitivamente cobarde, que atenta contra la humanidad entera en su lucha por la emancipación, justicia social y el necesario equilibrio y armonía planetaria que desde temprana edad nos alertó el genio americano, nuestro Libertador Simón Bolívar.
Ante el esbozado panorama anterior, hay algunos esfuerzos; menos conocidos y difundidos, por dar reconocimiento a una lucha en el campo ideológico y la conciencia de la clase que crea y produce, para enfrentar al mismo enemigo de la humanidad; el Modo de Producción genocida y a plazo perentorio en proyección –Dios quiera no-, suicida de la humanidad, conocido como Capitalismo. La humanidad tiene el sagrado deber de contribuir y luchar para que la bendición Diosana permita el reino de la Paz en la Tierra. Se trata de una lucha por dar reconocimiento que legitime los derechos y deberes que en justicia hay que reconocerle a nuestra madre naturaleza; Pacha Mama, que nos abriga maternalmente, nos protege y es la garantía legitima de todas las formas de vida en el planeta Tierra. Está lucha en el terreno ideológico y de la lucha de clases, contra la fase imperialista globalizada del capitalismo, requiere una forma antagónica antiglobalizada que permita una verdadera liberación de ámbito planetaria. Se trata entonces de la lucha por la Descolonización de la naturaleza en todas sus formas conocidas y por conocerse estructuralmente, que ponen en riesgo la existencia y garantía de la vida misma.
Recurriendo a una somera consulta a la red comunicacional globalizada en su versión más actualizada, conseguimos la siguiente referencia: La descolonización de la naturaleza se refiere a repensar nuestra relación con la naturaleza, alejándonos de la visión colonialista que la ve como un recurso explotable y reconociendo su valor intrínseco y los conocimientos indígenas sobre ella. Es buscar una relación más equitativa y respetuosa con el entorno natural (LuzIA 2023, julio 02).
Queda en evidencia que esta síntesis conformada de los aportes acumulados por la humanidad durante mucho tiempo, recoge lo que sería un planteamiento central, establecer nuevos modos de relacionarnos con nuestra naturaleza; madre o Pacha Mama. Ese sentido intrínseco que poseían los pueblos americanos precolombinos de seres integrados íntimamente a la naturaleza, fue trastocado por la invasión europea, que vino acompañado de una racionalidad eurocéntrica, que produjo la Modernidad y su engendro el Modo de producción capitalista. De allí parten los males ocasionados por el mal llamado “descubrimiento” o “encuentro” de pueblos, de culturas, que se ha extendido invasivamente a todos los rincones del planeta, con las consecuencias genocidas y suicidas inducidas actuales. Esto constituye el punto central de partida, para reconstruir una nueva relación con el entorno natural y de justicia social de ámbito planetario, que ya empieza a ser tarde. De manera que la participación y protagonismo de los ciudadanos conformados en una red mundial de pueblos –antiglobalizada-, que han sido invisibilizados durante mucho tiempo es impostergable. Pueblos de la periferia que en sus voces tienen planteamientos milenarios y por ende fundamentales que constituyen soluciones ante el caos ocasionado por el Capitalismo, así se empeñen sus adláteres locales y foráneos en disfrazarlo de humanismo, para relanzarlo en una estrategia de nuevo rostro para confundir a incautos.
Tucupita, Delta Amacuro
Fachada Atlántica de Venezuela
Lunes 03 de julio de 2023
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