La existencia de Julián Alberto Barrera Márquez de apenas 20 años, se consumió en el traslado hacia el hospital Manuel Núñez Tovar de Maturín. Partículas de plomo en su cabeza, producto del impacto de un proyectil, detuvieron los latidos del corazón.
El disparo –presuntamente accidental de un chopo- en forma descendente, penetró la bóveda craneal provocándole un daño neurológico severo y la progresiva pérdida de signos vitales.
De la cruenta herida, manó mucha sangre contribuyendo a su desfallecimiento y posterior deceso.
El hecho se produjo en el centro de retención y resguardo Guasina, ubicado en la comunidad de igual nombre, la mañana de este sábado 9 de enero.
“Quizá fue lo mejor, estaba severamente afectado, no habría quedado bien”, manifestó un paramédico del hospital Dr. Luis Razetti, donde fue llevado apenas se tuvo conocimiento del incidente.
En algunas conversaciones en las redes sociales, manifestaba su alegría debido a que pronto recobraría la libertad.
Barrera fue detenido el 4 de junio de 2020, en el sector Palo Blanco, en compañía de otras 11 personas que conformaban la organización, bajo la acusación de pretender trasladar 89 personas a la isla de Trinidad. Horas antes la Armada venezolana retuvo una embarcación con 39 personas y sus tripulantes condujeron a las autoridades a un refugio en el que estaban otras 50, allí aprehendieron a Julián.
El desaparecido se desempeñó como funcionario de la GNB, siendo destituido tras ser acusado de participar en la actividad conocida como trata de personas.
Los cuerpos de seguridad iniciaron las investigaciones para determinar con exactitud que sucedió.
Dios lo reciba en su santo seno y le otorgue la dicha que no pudo alcanzar.
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