Habria fallecido por cauas naturales

Murió de presunta muerte natural habitante honorario y numerario de la plaza Bolívar

Cayó al suelo y al pretender incorporarla a un árbol notaron que estaba muerta

Este sábado se registró el deceso de una de las perezas que habitan la plaza Bolívar de Tucupita.

Mamífero que residió las 24 horas del día, durante tres décadas en la cuadrícula de mayor relevancia del municipio, era su propietario de juris y hecho.

Si alguien compitió con ella en cuanto a derechos adquiridos, fue la Maestra Leónides Navarro, quien también moró por años, hasta que falleciera, en la casa del Libertador.

Inerte en uno de los pasillos, el folívoro (que come hojas) de dos dedos -las hay de tres-, dejará de ser la curiosidad más atrayente del espacio citadino.

Es pariente cercana del oso hormiguero

A contracorriente de lo que se pensó, sobre que, el impacto al caer pudo ocasionar su final, es menester señalar que la corporeidad dura y seca de estos animales, envuelta en una pelambre rica en microorganismos, está preparada para caídas de hasta 30 metros, sin padecer daño alguno.

Lo mas probable es que alcanzara el término de su ciclo biológico, tomando en cuenta que viven de 20 a 30 años. En pocos casos, se sabe de algunas que llegaron a cumplir 50.

Ciega por naturaleza y silente, somnolienta como sus hermanas, que acostumbran dormir 18 horas diarias, descendía únicamente cada siete días a defecar, como es típico de la especie.

De origen prehistórico, en la figura del megaterio, su más reciente antecesor de 6 metros de longitud de la cabeza a la cola, 3 metros de altura y más de 3 toneladas de peso, en algún punto de la evolución se separó de su pariente el oso hormiguero, multiplicándose hasta el presente.

Alguna vez fue gigante (cortesia WEB)

Debe quedar otra en la arbolada del zócalo principal, ahora estará más sola que nunca.

*Juris: Derecho.

 

Compartir contenido
Anuncios
Visitas: 158