Jamás un vehículo a tracción de sangre ganó la pelea a un caballo de acero.
A lo largo de la historia siempre triunfaron los mecanizados en detrimento de los musculados o sanguíneos. Imaginemos un tanque de guerra contra una carreta tirada por caballos, mayor estropicio.
Tucupita no podía ser la excepción, sino pregúntenselo a R. J. A. R. de 15 años, que fue a parar al hospital Dr. Luis Razetti de la capital deltana.
O a A. F. Mendoza La Rosa, albañil de 19 años, que el pasado viernes en horas de la noche frente a Parque Central en la avenida perimetral, tripeando en la moto dio el beso traidor a la bici roja rojita de R. J. A .R.
Correspondió a la PNB levantar la colisión, aprehender al que no se aporreó y dar el primer sermón al ahora recluso.
Habiendo descartado razones políticas, el caso fue notificado al dúo dinámico integrado por el Fiscal segundo Abog. Luis Rodríguez y el Auxiliar Fiscal segundo Jesús González, quienes prometieron luchar para que se haga justicia.
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