
La actuación de Rainiel Yépez fue brutal, tanto, que ninguno de los tres rivales de la ronda eliminatoria le duró 30 segundos.
El contendor del último combate, el de la medalla dorada, casi llega al minuto, pero no pudo, se quedó en el camino, a los 38” había terminado.

En una declaración días antes del torneo, manifestó a este medio de comunicación que deseaba cambiar el color de su última presea, que había sido bronce. Vaya si lo hizo.
Al final de la jornada, además de campeón de su categoría en el estilo Greco, recibió una importante distinción, que reflejó total y absolutamente lo que había ocurrido en la colchoneta, fue el más destacado.

El potencial de Yépez se pierde de vista, en función de lo que vimos, no tiene techo, con dedicación y empeño, puede llegar a lo más alto, que en su caso, son las olimpiadas.
Felicitaciones matador.

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