La triste historia de María Noelisa Rodríguez no termina, es como una seguidilla de cajas chinas que van abriéndose una detrás de la otra, mostrando nuevas y turbias realidades.
La niña de 12 años, presentaba principio de embarazo, así lo determinó uno de los exámenes que le fuera practicado horas después de morir.
¿De quién? Tenía un novio casi de su edad y dos personas muy cercanas. Tío y abuelo están siendo acusados de: Acto Carnal con Víctima Especialmente Vulnerable. ¿Lo sabría ella? Lo dudamos, quizá no tuvo forma de saberlo. Quizá ni siquiera sabía que estaba en gestación.
De saberlo, ¿habrá significado un peso tan grande que decidió atentar contra su vida? ¿Tomó la peor de las decisiones precisamente por conocerlo? ¿Fue forzada a negarse el derecho de existir?
¿Qué dice la carta? ¿Algún día nos enteraremos? ¿Revela algún detalle concluyente sobre su lamentable final? Por razones obvias el Cicpc la tuvo bajo resguardo, representando un elemento clave de la investigación.
Con Noelisa se fue un niño que no pudo nacer. Las cargas podrían adquirir mayor peso, ya no solo sería un delito con posible agravante de parentesco, pudiéramos estar hablando de estupro, reflejado en la queja manifiesta del abuso padecido, a través de su testimonio final, con la preñez como prueba.
La justicia tiene una difícil tarea por delante. No es una persona, son dos. Ambas murieron, casi, casi, empezando a vivir.
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