Una monjita de las de antes que justo por ello jamás olvidaremos
Fue el mejor ejemplo de entrega, una Hermana en misión, cuyos votos solemnes ejerció, a través de la enseñanza, cumpliéndole al Señor.
Por esa misma razón se hizo grande, no hubo aristas ni matices, ni quiebres, ni dudas, ni abandonos, ni rupturas, es lo que mostró y demostró, una devota religiosa de principio a fin.
A la par de su amor al Creador y como una manera de afirmarlo, se constituyó en extraordinaria Maestra, de esas que dejan huella.
En el presente, cuando cojea la docencia y hay pocos educadores de referencia; en ausencia de vocaciones, con cada vez menos religiosas, se empina la figura de María Dolores Ruiz, firme y comprometida.
Dios siente regocijo en recibirla. Gracias Teacher.
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