El último día del año reía como lunático sin decir por qué
Jorge Antequera, vicerrector territorial de la Universidad Territorial Deltaica Francisco Tamayo, se trae algo entre manos.
El doctorando en materia de seguridad y figura política -reaccionaria- desde la adolescencia, quizá elucubraba sobre lo que piensan muchos o analiza la mayoría de los devotos a los asuntos públicos, 2025 será un año electoral.
Puede que, por esa razón, nos convocara a una conversación informal para degustar un rico café en Pan Center, sin dar pistas sobre sus verdaderos propósitos. Según él, siempre es necesario un acercamiento con los medios.
Entre Caracas, Tucupita y el sur de Monagas, gestionando ante el Ministerio de Educación Superior y en las sedes estadales de la UTD, quien sabe si ha deliberado sobre la gran masa estudiantil mayor de edad con posibilidades de votar.
O en la necesidad de abanderar el sector universitario, brindándole mayor protagonismo. O en el peso de la juventud en la nación y la representatividad que debe tener en los poderes legislativo y ejecutivo.
Como determinar si se le ocurrió al influjo de la luna o al calor del cambio de año, que ha llegado la hora de someter su nombre al escrutinio de la población o postularse a un estamento de gobierno.
Son hipótesis sueltas al garete, a las que el revolucionario hizo un pase de muleta, evitando responder.
En todo caso a Antequera, en pleno 31 con el 2024 agonizante, provocó sonarle la canción de Héctor Lavoe, “Vamos a reír un poco”, cuya letra comienza “Esa risa no es de loco…Pero se están cayendo de un coco… Anda vamos a volver a reír”.
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